La derrota en las elecciones al Senado en Massachusetts, que han supuesto para los demócratas la pérdida de su mayoría absoluta, amargó ayer al presidente de EEUU, Barack Obama, el primer aniversario de su llegada a la Casa Blanca.

Si hace un año la capital estadounidense estaba tomada por unos demócratas exultantes por la investidura del primer presidente negro, ayer quienes desbordaban alegría eran los republicanos, que esperan que el triunfo de su candidato, Scott Brown, sobre la demócrata Martha Coakley en Massachusetts marque el inicio de su recuperación política.

"El presidente tiene que tomarse esto como un mensaje para reevaluar cómo quiere gobernar, y si quiere gobernar desde el centro allí le encontraremos", declaró el líder republicano en el Senado, Mitch McConnnell.

Brown aseguró que su triunfo representa "un mensaje muy firme de que no vamos a seguir haciendo las cosas como hasta ahora".

La derrota en uno de los estados más progresistas del país -hace 37 años que Massachusetts no tenía un senador republicano-, y en un escaño que durante casi medio siglo ocupó el liberal Ted Kennedy representa un golpe personal para Obama, que hizo campaña en favor de Coakley, y un voto de censura a sus políticas.

Felicitó a Brown

Obama optó ayer por intentar mantenerse por encima de lo ocurrido. La noche del martes, según indicó la Casa Blanca, telefoneó a los dos contendientes en Massachusetts y felicitó a Brown.

El presidente, cuya popularidad ha caído en un año del 70 al 50%, no aludió en absoluto al triunfo republicano en una comparecencia en la Casa Blanca ayer para firmar una directiva contra la adjudicación de licitaciones federales a empresas que hayan evadido el pago de impuestos.

Más expansivo que su jefe se mostró el principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, quien en declaraciones a la cadena de televisión MSNBC reconoció que la derrota en uno de los estados más liberales del país contiene "mensajes" para los demócratas. "Vamos a escuchar esos mensajes", prometió Axelrod, que agregó que "hay un sentido general de descontento con la economía". Obama, aseguró su asesor, "reflexiona sobre lo que ha pasado y se plantea qué lecciones hay que sacar de esto y cómo avanzar".

Al cumplirse el primer aniversario de su mandato, dijo, el presidente "está tan decidido como hace un año a hacer que el sistema funcione para la gente normal y corriente".