Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925), sacerdote católico, poeta y revolucionario -fue ministro de Cultura en el primer Gobierno sandinista-, llega a la cita ataviado de una camisa blanca, a tono con su tupida barba, y tocado con su ya conocida boina negra. En su tercera visita a Canarias desplegará estos días su vasta faceta poética. En esta entrevista a EL DÍA desgrana algunos de los aspectos tanto de su vertiente política -él se considera revolucionario, no político- como religiosa.

¿Cómo se encuentra su contencioso con el Gobierno nicaragüense?

Tengo congeladas las cuentas bancarias, porque la sentencia está recurrida. Me condenaron por injurias a un ciudadano alemán, pero como tengo más de ochenta años no puedo ir a la cárcel. De todas formas, el tema está todavía sin solucionarse. La sentencia es una venganza de Ortega por la acogida que tuve en Paraguay durante la toma de posesión del presidente Fernando Lugo, mientras que a él se le impidió llegar.

El presidente de su país, Daniel Ortega, está alineado con la izquierda latinoamericana. ¿Qué opinión le merece?

Lo veo con gran entusiamo, la revolución que significa con todos estos gobiernos de izquierda en América Latina, pero el gobierno de Nicaragua no debe incluirse entre ellos porque no es de izquierdas, ni revolucionario, ni sandinista. Si no, lo que ya dije. (Él lo llama dictadura). Por ejemplo, las elecciones municipales fueron muy criticadas por un escandaloso fraude. A partir de ese momento, EEUU canceló las ayudas.

¿Cómo ve la situación actual en Honduras?

Muy complicada. Fue un golpe de estado salvaje. Sacar al presidente en pijama del país, en vez de destituirlo según las leyes del país. Pero no quiero opinar mucho, porque tampoco estoy con ninguno de ellos, ni con Zelaya, ni con los golpistas.

Amigo de Ortega es Chávez. ¿Cuál es su opinión sobre la política del presidente venezolano?

Yo soy chavista, soy amigo de Chávez. Me ha recibido muy bien en el Palacio de Miraflores, varias veces, y estoy con él, con la revolución bolivariana, que es seguir el sueño de Bolívar de una América Latina unida para contraponerla a la del norte. Ellos dicen que es populista. Yo lo apoyé y lo sigo apoyando. Ellos tendrán sus razones y yo tengo las mías.

¿Qué le parece el trato que se le dispensa a Chávez en la prensa inernacional?

El lingüista, filosofo y analista político estadounidense Noam Chomsky señala que el 90 por ciento de la información que existe es producida de acuerdo a intereses económicos, informando de lo que quieren informar y silenciando lo que quieren silenciar. Alrededor de Chávez ha habido una campaña publicitaria de los medios, internacional y orquestada. Así, yo estoy en contra de la figura que España ha hecho de Chávez, tergiversándolo, ridiculizándolo y caricaturizándolo. Hay una campaña muy feroz contra Chávez.

¿Por qué cree usted que Chávez apoya a Ortega?

Es una pregunta que no le puedo responder porque no le encuentro explicación. No me pida que le diga más.

¿Cómo fue su encuentro con Juan Pablo II en su visita a Managua?

En el recibimiento por parte de la Junta de Gobierno, el Papa me humilló en público. Me dijo que yo debía regularizar mi situación. Se refería al hecho de ser un sacerdote que ocupaba un cargo de gobierno. Era porque él no quería la revolución en Nicaragua. Él hubiera querido una revolución que persiguiera a la Iglesia. En Polonia, su patria, siendo un país totalmente católico, tenía un gobierno antirreligioso y por lo tanto impopular.