Las intensas lluvias y las graves inundaciones que afectan al noroeste de Turquía, en torno a la ciudad de Estambul, han causado más de 30 muertos en los últimos dos días, informaron ayer las autoridades locales. Según Protección Civil, hasta ayer se había confirmado el fallecimiento de veinticuatro personas en Estambul y de al menos otras cinco en la localidad de Saray, en la cercana provincia de Tekirdag.

El ministro turco del Interior, Besir Atalay, expresó ante la prensa su temor a que el número de víctimas fuera en aumento, aunque, añadió, "espero que no tengamos que informar de más muertes". Atalay destacó que en Tekirdag, en la parte europea del país, dos personas siguen desaparecidas, mientras que otra murió en la provincia de Balikesir, al suroeste de Estambul, lo que podría aumentar el número de fallecidos a 32.

Unas 1.700 viviendas y oficinas resultaron dañadas por las aguas en Silivri, ciudad cercana a Estambul, mientras que centenares de animales han muerto ahogados, sobre todo en Tekirdag.

La mayor parte de los fallecidos se registró en los distritos estambulíes de Halkali y Ikitelli.

En este último, un aparcamiento de camiones quedó inundado, sorprendiendo a los conductores mientras dormían.

Ocho camioneros murieron ahogados ayer y varios delincuentes aprovecharon la situación para saquear los vehículos.

Cerca del mediodía, siete empleadas de una fábrica textil fueron arrastradas por las aguas en Halkali, cuando las mujeres se bajaron de un autobús que las había trasladado desde su lugar de trabajo.

El servicio meteorológico advirtió de que las fuertes lluvias pueden continuar hasta mañana, lo que causará más problemas con las inundaciones, que afectarán a un total de quince provincia turcas.

Según el gobernador de Estambul, Muammer Guler, en la región cayeron unos 235 litros de agua por metro cuadrado en las últimas 48 horas, la mayor cantidad registrada en los últimos ochenta años.

Cientos de vehículos particulares fueron arrastrados por las riadas y cayeron al mar, tanto en Estambul como en Tekirdag.

En Estambul, la principal ciudad del país euroasiático con cerca de 15 millones de habitantes, numerosas líneas eléctricas quedaron sin suministro y muchas calles cortadas, mientras que hospitales y escuelas fueron cerrados ante la crecida de las aguas.

Además, dos carreteras internacionales que conectan Estambul con Grecia y Bulgaria tuvieron que ser cerradas al tráfico.

El ministro turco de Obras Públicas, Mustafa Demir, reconoció ayer que en algunas zonas de la ciudad se han registrado daños de gravedad en las infraestructuras.

Asimismo, las autoridades sanitarias advirtieron de posibles epidemias, una vez que las aguas retrocedan.

La oposición política criticó ayer al partido islamista moderado de Justicia y Desarrollo (AKP), que gobierna Estambul desde hace quince años, por no haber tomado las medidas necesarias para proteger a la población de las riadas.

Ante esas críticas, el alcalde de la ciudad, Kadir Topbas, destacó ayer que en sólo media hora cayó la misma cantidad de agua que normalmente lo hace en todo el mes de septiembre.

"El calentamiento global es responsable de este desastre", aseguró Topbas, quien acusó a la oposición de utilizar esta tragedia medioambiental con fines políticos.