Los líderes de los veintisiete países de la UE condenaron ayer las recientes pruebas nucleares de Corea del Norte, y aseguraron que están dispuestos a adoptar "de manera enérgica y sin retrasos" las sanciones impuestas por Naciones Unidas.

"Estas violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas representan una gran amenaza para la paz y la estabilidad en la península de Corea y la seguridad internacional", aseguraron en las conclusiones de la cumbre de jefes de estado o gobierno.

Así, invitaron al Consejo y la Comisión Europea a transponer la resolución 1874 de la ONU, que refuerza las sanciones internacionales hacia Corea del Norte, sus líderes y entidades relacionadas.

"El Consejo Europeo insiste en particular en la importancia de la implementación rápida y eficaz de las medidas para la inspección de los cargamentos provenientes o con destino a Corea del Norte", aseguran. Piden al régimen de Pyongyang que se abstenga de cualquier nueva provocación.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado viernes su Resolución 1874, que condena las pruebas nuclear y de misiles balísticos efectuadas a finales de mayo por el régimen norcoreano.

Un día después, Pyongyang reaccionó con el anuncio de su intención de fabricar más bombas y reiniciar el proceso de enriquecimiento de uranio.

Por otro lado, las dos Coreas concluyeron ayer sin ningún acuerdo su tercer encuentro para decidir sobre el futuro del complejo industrial de Kaesong, aunque decidieron volver a reunirse el 2 de julio, informó la agencia surcoreana Yonhap.

Representantes de las dos Coreas llevaban reunidos desde la mañana en el parque industrial conjunto ubicado en territorio del país comunista para tratar de acercar sus respectivas posturas sobre el funcionamiento de Kaesong.

Este parque industrial, situado a unos 60 kilómetros de Seúl e inaugurado en 2005, acoge a un centenar de pequeñas y medianas empresas surcoreanas que emplean a unos 40.000 trabajadores norcoreanos.