La sección belga de Médicos sin Fronteras (MSF) anunció ayer que retirará a todos sus efectivos en la región sudanesa de Darfur, tras el secuestro de cinco cooperantes la noche del miércoles.

"Sólo permanecerá en la zona el personal estrictamente necesario para facilitar la liberación de los secuestrados", afirmó en rueda de prensa el director general de MSF Bélgica, Christopher Stokes.

Stokes explicó que MSF tenía unos 60 extranjeros en la región, pero alrededor de la mitad -de las secciones francesa y holandesa- abandonaron el país la semana pasada, a raíz de la decisión sudanesa de expulsar a las organizaciones humanitarias.

El presidente sudanés, Omar Al Bachir, respondió así a la orden de arresto que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió el pasado día 4 en la que lo acusaba de crímenes de guerra y lesa humanidad en Darfur.

Según Stokes, los cooperantes que quedan sobre el terreno tienen permiso para trabajar en la zona, pero aun así serán trasladados a Jartum. El director de operaciones de MSF en la región, Stephan Goetghebuer, informó de que una banda armada entró a las 05:50 GMT en el campamento que la organización tiene en Sherif Umra, en la provincia sudanesa de Norte de Darfur, y se llevó en un coche a cinco cooperantes (dos sudaneses, un coordinador francés, un médico italiano y una enfermera canadiense).

Uno de los trabajadores sudaneses fue liberado una hora después a 20 kilómetros al noroeste de Sherif Umra y el segundo, pasada otra hora, a una distancia similar de donde tuvo lugar la primera puesta en libertad.

Los tres miembros de MSF que siguen secuestrados se encuentran "juntos, en buen estado, han recibido comida y les han tratado bien", según aseguró a la organización uno de los secuestrados, el cooperante francés, con el que pudieron contactar.

En cuanto al móvil del secuestro, MSF dijo que no puede confirmar ni desmentir que sea por motivos económicos, como alegan las autoridades sudanesas, y aseguró que la organización nunca había sufrido incidentes de este tipo en la región.

Por otra parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió ayer de que las dificultades para reemplazar la ayuda que ofrecen en Darfur las 15 ONG expulsadas por Sudán podrían desencadenar "una inmensa crisis humanitaria" en la región.

Ban declaró en una rueda de prensa que la ONU ha intensificado los últimos días sus esfuerzos para tratar de hacer llegar ayuda a los 2,2 millones de habitantes de Darfur que necesitan asistencia internacional para sobrevivir.