Pyongyang volvió a cerrar hoy los puntos de paso de la frontera terrestre con Corea del Sur, y denegó la salida de nacionales surcoreanos que trabajan en el complejo industrial conjunto de Kaesong (Corea del Norte), según informó Yonhap.

El régimen comunista ya cerró el pasado lunes la frontera para reabrirla al día siguiente, en protesta por las maniobras militares conjuntas que realizan los ejércitos surcoreano y estadounidense en la península, a las que considera un "preludio" de invasión a su país.

En esta ocasión, Pyongyang calificó los ejercicios militares como el ensayo de "una segunda Guerra de Corea", según la agencia surcoreana de noticias.

Los canales de comunicación entre las dos Coreas podrían permanecer cerrados hasta el próximo viernes, fecha en la que terminan las maniobras, informó Yonhap.

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, dijo hoy que Pyongyang debe detener las amenazas a civiles, después de que 275 personas de las que debían regresar a Corea del Sur procedentes del complejo industrial que ambos países gestionan, lo pudiera hacer hoy.

Del mismo modo, Pyongyang denegó durante la jornada la entrada programada de otros 600 surcoreanos al complejo industrial conjunto de Kaesong.

Alrededor de 90 empresas surcoreanas operan en este complejo industrial, símbolo de la cooperación intercoreana, que ha reducido sus operaciones debido a las continuas restricciones norcoreanas en protesta por la política del gobierno conservador de Seúl.

Lee criticó que "Corea del Norte no dude en llevar acabo amenazas contra civiles" y pidió al país comunista que "se comprometa a mantener la paz y la estabilidad en la península coreana".

"Corea del Norte nos está amenazando en todas las áreas, incluidas tierra, mar y aire", aseveró el mandatario.

El lunes Corea del Norte cortó todos los canales de comunicación militar con el Sur y los pasos fronterizos, un nexo básico para autorizar el tránsito intercoreano.

Tras la reapertura de la frontera el martes, las dos Coreas coordinaron el paso de personal a las zonas conjuntas de Kaesong y del monte Kumgang a través de cartas, puesto que la red de telecomunicaciones militar continuaba suspendida.

Lee pidió reciprocidad a Pyongyang y recordó que su Gobierno garantiza la seguridad de los barcos comerciales que navegan a lo largo de la costa oeste surcoreana hasta aguas del Norte.

La tensión en la frontera se incrementó después de que Corea del Norte anunciara hace dos semanas que estaba preparando el lanzamiento de un satélite de comunicaciones que, previsiblemente, será lanzado entre los días 4 y 8 de abril.