Algunos puntos de Inglaterra sufrieron ayer la peor nevada de los últimos 18 años. Para muchos significó un día de vacaciones, pero para otros una auténtica pesadilla porque parte del transporte público de Londres quedó suspendido desde primera hora de la mañana: en la capital británica no circulaban autobuses, todas las líneas de metro funcionaban con dificultad y las centralitas de los servicios de taxis estaban saturadas; muchos taxistas prefirieron no conducir y quienes lo hicieron cobraron el doble de lo habitual.

Ante este panorama, miles de personas no pudieron ir a trabajar y unos 3.000 colegios en todo el país decidieron no abrir sus puertas. El caos fue tal que obligó a cerrar también varios juzgados de la capital y los hospitales tuvieron que solicitar expresamente a su personal que fuese a trabajar por el gran número de llamadas que recibieron los servicios de emergencia; las ambulancias trabajaron bajo mucha presión y con muchas dificultades, mientras que las operaciones menos urgentes fueron canceladas. Incluso algunos teatros de Londres decidieron suspender sus funciones.

En el caso de los aeropuertos, Heathrow, el de más tráfico aéreo de Europa, y Luton, la base de operaciones de EasyJet, permanecieron cerrados casi toda la jornada, así como el de la City de Londres y el de Southampton, al sur del país.

Los que estuvieron abiertos se vieron obligados a cancelar cientos de vuelos, y aquellos aviones que llegaron a despegar lo hicieron con mucho retraso. El incidente más significativo lo protagonizó un avión de Cyprus Airlines, que se salió de la pista pero sus pasajeros resultaron ilesos.

En algunos puntos de Londres se concentraron más de 20 centímetros de nieve, mientras que en otros lugares del país se llegó hasta los 50. Inglaterra, Gales y el este de Escocia continuaban anoche en alerta roja. Aunque está previsto que hoy mejore la situación en la capital británica, se esperan más nevadas en el resto del país.

Las inclemencias del tiempo también afectaron a Francia, sobre todo en las carreteras de acceso a París y en los aeropuertos. Con el paso de las horas, la nieve se transformó en lluvia y el temporal remitió, lo que permitió levantar la alerta naranja en varios departamentos, aunque permanece en 16.

El aeropuerto de Madrid-Barajas sufrió las consecuencias de la nieve en ambas capitales. Así, tuvieron que ser suspendidos 23 de los 54 vuelos que tenía programados con Londres. También se registraron cuatro cancelaciones de vuelos con destino a Milán. Con respecto a París, sólo dejó de operar un vuelo de los 49 que tenía programados.

En España el temporal comienza a remitir, pero se mantiene la alerta en trece comunidades autónomas y Ceuta. Lo más destacable de estos días fueron dos tornados registrados el domingo en Málaga que dejaron numerosos desperfectos y una veintena de heridos.