Al menos 21 policías afganos murieron ayer y otros ocho resultaron heridos como consecuencia de un ataque perpetrado por un suicida en el interior de un cuartel general de las fuerzas de seguridad en la provincia central afgana de Uruzgan y que, poco después, ha sido reivindicado por las milicias talibanes.

El jefe de la Policía provincial, Juma Gul Hemat, explicó que un suicida vestido con un uniforme de las fuerzas de seguridad locales detonó la carga explosiva que portaba a las 10:00 hora local (05:30 GMT) en la comisaría principal de la ciudad de Trin Kot, capital de Uruzgan.

Hemat, quien no pudo precisar si el atacante era miembro de la insurgencia talibán, agregó que siete de los heridos se encontraban en estado muy grave.

En el momento del ataque los agentes se encontraban en el interior del edificio para iniciar sus ejercicios de entrenamiento matinales.

El instructor policial encargado de coordinar estos ejercicios encontró sospechoso al atacante y decidió someterlo a un interrogatorio, momento en el que el suicida hizo estallar su carga explosiva.

Detenciones

Aunque, por medio de un comunicado, el departamento de Interior afgano cifró en 21 el número de muertos y en ocho el de heridos, el jefe policial los situó en 19 y 20, respectivamente.

El Ministerio aseguró además que tres personas con chalecos cargados de explosivos fueron detenidos en el distrito de Deh Rahwood, en la misma Uruzgan, poco después de que se registrara el atentado.

Mientras, un portavoz talibán, Mohamad Yusuf Ahmadi, reivindicó el ataque e identificó al suicida como mulá Abdul Qafar.

Asimismo, Ahmadi aseguró que 27 policías murieron en el atentado, entre ellos cinco altos cargos, y añadió que el edificio, de nueva planta, ha sido destruido a causa de la explosión.

Los ataques cometidos por efectivos de la insurgencia talibán contra las fuerzas de seguridad afganas e internacionales son bastante frecuentes en Afganistán, especialmente en el tercio meridional del país.

Tanto la Policía como el Ejército afgano reciben entrenamiento de las tropas extranjeras, con las que acostumbran a lanzar operaciones conjuntas contra los talibanes.

El año pasado al menos 5.000 personas perdieron la vida en el país centroasiático a causa de la violencia, según cálculos periodísticos.