Un grupo de hombres armados secuestró ayer a un trabajador estadounidense de la ONU en la ciudad suroccidental paquistaní de Quetta, tras atacar el vehículo oficial en el que viajaba y matar a su conductor, de nacionalidad paquistaní.

El jefe de la oficina local del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), John Solecki, se dirigía hacia su lugar de trabajo en la capital de la provincia de Beluchistán, cuando unos desconocidos abrieron fuego contra su coche.

En un comunicado, la ONU condenó "contundentemente" el "ataque contra trabajadores humanitarios", expresó sus solidaridad a la familia de Solecki y del conductor fallecido, y aseguró que "se están tomando todas las medidas posibles para garantizar su liberación".

Del mismo modo, el Gobierno paquistaní rechazó el "desafortunado y cruel acto terrorista", y manifestó su decisión de dar pronto con el paradero del trabajador secuestrado, según una nota difundida por Asuntos Exteriores.

Las oficinas de la ONU y de ONG extranjeras han incrementado las medidas de seguridad tras el suceso.

El Acnur es una de las agencias del organismo multilateral que más presencia tiene en Pakistán, donde hay cerca de dos millones de refugiados afganos y casi un centenar de campos habilitados para ellos.

En Quetta, la oficina de la agencia cuenta con 49 trabajadores, la mayoría de ellos paquistaníes.

En un país azotado por el extremismo y el terrorismo, los secuestros y otros incidentes son habituales, aunque se registran con mayor frecuencia en el conflictivo noroeste, donde hay mayor presencia de grupos talibanes y tienen refugio miembros de la red terrorista Al Qaeda.