Luis González, artísticamente conocido como Luilli, dejó hace más de 10 años a su querida Huelva y se vino a vivir a Tenerife, Isla a la que quiere mucho, hasta el punto de que es un defensor de sus costumbres, participando incluso en la Romería de San Benito Abad con traje típico de La Palma.

Pero la importancia de este afamado bailarín y coreógrafo es que ha formado un ballet profesional con chicas tinerfeñas que calan muy hondo en cada una de sus actuaciones. Y por si fuera poco, da clases en varios colegios, principalmente de La Laguna, cuyas enseñanzas se transforman en grupos de bailes infantiles que arrancan siempre amplias ovaciones en el público.

Luilli es todo un artista en el baile andaluz y cuando coge en sus manos el mantón logra dibujar en el aire cientos de formas, mientras sus tacones marcan ritmos en el tablado que llegan muy hondo.

Pero Luilli no se ha quedado en las clásicas sevillanas o rumbas, sino que presenta sus espectáculos siempre con nuevas vestimentas que lucen él y sus bailarinas y no repite coreografías.

En sus actuaciones eleva el arte flamenco a otras dimensiones con un recorrido por los diferentes matices de la mejor música flamenca, desde las raíces puras a las más transgresoras fusiones.

Aunque, por su humildad, no suele decirlo en las entrevistas, hay que destacar que Luilli fue director del ballet de Televisión Española en la época del programa de José Luis Moreno. Ha recorrido, además, toda España y parte del extranjero, demostrando que sobre el tablado flamenco es uno de los mejores por lo que la isla de Tenerife en general, y La Laguna en particular, lo reconocen y admiran.

Luis González se inició en el baile a los 6 años de edad y ha trabajado con las más grandes estrellas de España como Concha Piqué, Isabel Pantoja o Lolita Flores.

Sus cualidades humanas lo llevaron a organizar en La Laguna la Feria de Abril primero en la antigua Estación del Tranvía de La Cuesta y luego en la plaza del Cristo a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer, con un éxito sin precedentes.

Al preguntarle sobre su fama dice: "De nada nos vale cantar y bailar si delante de nosotros no hay ojos ni corazones que nos hagan vivir de alegría".