La actriz australiana Nicole Kidman ha reconocido haber experimentado con botox para realzar sus facciones en su lucha contra el envejecimiento, aunque reniega ahora del preparado que se inyectan muchas mujeres en el rostro. En una entrevista adelantada ayer por la revista alemana TV-Movie, en la que reconoce: "No me gustó después el aspecto de mi rostro". La actriz australiana comenta que su imagen de persona distante se debe a la educación que le dio su madre, quien le inculcó desde niña que "nadie debe mostrar lo que realmente piensa o siente".