Las flores constituyen uno de los complementos más importantes de una boda, especialmente para las futuras contrayentes, que, habitualmente, se ocupan de encargar los arreglos para la decoración de la iglesia o banquete y, claro está, el imprescindible ramo nupcial.

Los gustos personales juegan un papel importante a la hora de seleccionar una u otra flor, aunque, en la mayoría de las ocasiones, es fundamental el asesoramiento de un experto cuando hay que decantarse por una.

Ángela Batista, que lleva cerca de tres décadas como profesional de la floristería, asegura que las novias suelen llegar a su tienda con una idea muy clara de lo que no quieren, "pero en la elección final se dejan llevar".

En los últimos tiempos, las prometidas suelen inclinarse mayoritariamente por la sencillez, aunque también las hay que prefieren algo más vanguardista o atrevido.

Las calas, vulgarmente conocidas como "orejas de burro", son las reinas indiscutibles en el ránking de las flores para novias, aunque también son muy solicitadas las orquídeas, las rosas y los tulipanes, según explica la propietaria de la floristería Maxiflor, en Tacoronte, ganadora, por segunda vez desde su creación, del certamen de ramos celebrado recientemente en Feboda. Las calas de tallo largo llamaron la atención del jurado por su elegante presentación y, al mismo tiempo, por su sencillez. "Se trata de uno de los complementos preferidos por las jóvenes para llevar en la boda, porque, además de bonito, puede ir bien con cualquier modelo de traje", señala Batista.

El precio de un encargo floral similar dependerá de si está o no de temporada, porque, en caso negativo, hay que traerla de fuera. Según este mismo criterio, podría oscilar entre los cien y los ciento cincuenta euros.

Con el paso de los años, las pesadas cascadas de flores han dado paso a ramos mucho más vanguardistas, en los que se emplean materiales como las sedas, las lanas para crear transparencias, los perlones y los cristales de Swarovsky, que confieren a los ramos un toque muy glamuroso.

Su cualidad perecedera hace que estos complementos requieran cuidados muy especiales, antes y durante su elaboración. "Los ramos se suelen entregar dos horas antes para que estén frescos durante la ceremonia y el banquete, ya que su duración no suele ser superior a las ocho horas y media por regla general", explica Batista, que, como en muchas floristerías, tiene a disposición de las novias un amplio catálogo con fotografías de ramos de todo tipo y tamaño. "Es importante que la novia se vaya con una idea clara de lo que desea llevar el día más importante de su vida. En cualquier caso, son trabajos artesanales ideados para cada persona", añade la propietaria de Maxiflor.

Esta florista y empresaria se ha embarcado desde hace un tiempo en una ambiciosa empresa, la de organizar eventos. Durante la reciente feria celebrada en el recinto ferial de Santa Cruz, se invitó a más de doscientas parejas para acudir a una demostración que tendrá lugar en los próximos días en El Castillo, en Los Realejos, donde los asistentes podrán escoger entre una amplia variedad de servicios que incluyen flores, fotografía, cátering, música o viajes.