En mitad del revuelo causado por la relación entre la muerte de Michael Jackson y las drogas, la actriz Jamie Lee Curtis ha sorprendido con unas declaraciones en las que reconoce haber sido adicta a los analgésicos. La actriz, de 50 años, ha escrito en un blog para el Huftington Post que se hizo adicta después de una operación de cirugía estética: "La morfina es como un baño caliente que te ayuda a escapar de la realidad".