María de los Ángeles Yanes, nuestra ventera, guarda tras el mostrador de su venta un gran número de anécdotas. Aunque nos asegura que hoy se ríe cada vez que la recuerda, María afirma que la historia más anecdótica que le ha sucedido fue la de una señora que se llevó una compra de 1.000 pesetas sin pagar. "La atendí, cogió sus bolsas y las puso en el suelo. Me giré para hacer la cuenta de la compra en la caja registradora y cuando me volví ya no estaba. Fue hace unos 15 años. En aquellos tiempos 1.000 pesetas eran 1.000 pesetas". ¡Qué cosas!