Empecemos, que la lista de condumios es amplia. ¿Qué les parece una carne de cabra jugosita o unos tollos bien carnosos? ¿Y unas costillas con papas y piña como para equiparar esta ricura a los de lugares de comida célebres en esta especialidad?

Si ya empieza a clamar el antojo en el paladar, no se pierdan esto tampoco: conejo frito, el atún en mojo hervido y sus papitas, unas lapas reventonas a la sartén con el mojito de cilantro, ¡una morena bien preparadita!

Por si aún quedan expectativas, qué tal un potaje de berros -emblemático en esta casa-, el ranchito, las garbanzas en toda regla, incluso un puchero, ahora que el tiempo refresca.

El matrimonio formado por Begoña García Aponcio, cocinera del establecimiento capitalino, y José Padrón, quien fuera ilustre maitre en restaurantes punteros, han demostrado en escaso tiempo de actividad que en la capital tinerfeña también puede fraguar un estilo de cocina, el tradicional canario auténtico, que parece siempre vedado a la ciudad dadas las evidencias históricas salvo alguna que otra excepción.

Completa el equipo en la sala Javier García Aponcio, que aporta junto a José una escuela y un estilo amable de atención al cliente que en buena parte se ha perdido en no pocos establecimientos de restauración.

No crean que es euforia, sino la verificación de que lo que elabora Begoña en sus dominios está casi todo bueno, casero, sano y con una indudable sapiencia a la hora de administrar los ingredientes y aderezos.

Uno puede pensar en un rancho, y ahí va a tenerlo humeante, tanto en cualquiera de las dos salas de la que dispone este espacio cercano al estadio Heliodoro, o en la pequeña terracita. Eso, o unas lentejas, la crema de verduras...

En cualquier caso, en esta casa no hay encorsetamientos a la hora de proveerse y se incorpora lo que de bueno trae el mar y la tierra de Tenerife. Está saliendo mucho las frituritas de pescado (vieja, sargo, breca, salmonetes...), y siempre que se consigue, unos camarones grandes para acompañar con cerveza helada. Promete para cuando empiece a entrar la primavera.

De verdad que aquí puede parar uno y parar el ritmo. Un cangrejito para "chupetear" va a estar excelente con la caña o una copa de vino de la bodega, en la que ocupa lugar propio el caldo de la casa, un Marba de la D. O. Tacoronte.

Los postres son cosa aparte con un bienmesabe, un príncipe alberto o un quesillo estupendos.

Cada día su condumio La mano de la c ocinera se deja notar. Hay óptimas hechuras en esos arroces o en las mencionadas costillas con papas. José Padrón matiza que a medida que se ajuste el "engranaje", en El Rincón de Brajobe está previsto asignar a cada día de la semana especialidades tradicionales que raramente se pueden encontrar en Santa Cruz. Está claro que en este proyecto es mas que fehaciente la ilusión por proporcionar al comensal la posibilidad de disfrutar de una carta para la que habría que desplazarse fuera del municipio. Por cierto, la casa cuenta con un agradable surtido de infusiones y de chocolate con aromas variados. La ficha El horario es de 10:30 a 23:30 horas, excepto el domingo por la noche, cuando se descansa. Determinadas especialidades son por encargo. La dirección, c. Heliodoro Rodríguez González, nº 5, y las reservas en el teléfono 922 02 46 96.