Crean que no da la vista y además urge el curioseo cuando cae en las manos este jugoso compendio y uno se sumerge a hojear el trabajo realmente preciso y precioso, sobre todo, por aquello de que está cimentado desde profundos sentimientos y las vivencias personales de la autora a lo largo de su infancia.

En esta obra de 280 páginas se intuye mucho de trato amoroso, no exento de rigor, en el afán de recopilar pacientemente un completísimo recetario de antaño y los recuerdos de transmisión oral que se reflejan, diríase que de forma hasta pizpireta, en el "caleidoscopio" de recursos gráficos, detalles coquetos, fotografías antiguas, retazos de cuadros, poesías y coplas, polkas, recomendaciones y todo un "baúl" de curiosidades que encantarán al lector. Eso, aparte de la indudable utilidad del libro con nada menos que 450 elaboraciones que propone oncepción Pérez Tejera.

En estos días navideños está prevista una primera tirada de avance de "Recetas de mi familia", en la que Pérez Tejera desgrana el legado gastronómico aportado por su padre y familiares paternos, con raíz en el campo palmero, así como los conocimientos culinarios de su madre, de origen urbano, que daba especial énfasis a la presentación y decoración en los emplatados. Aquí tienen su rincón el sandwich de papa, el congrio con mojo amarillo, el famoso cup con instrucciones para 18 litros, el pan de plata, las bolitas de cerdo de Navidad de La Palma,...

Una curiosa simbiosis que hilvana la autora salpicando, aquí y allá, figuritas, pinturas, poemas, imágenes de objetos de época "que llegan al corazón de la gente, con esa sabia forma de entender la cocina canaria y apartados dedicados a las más variadas opciones que aquilata el sentir isleño".

"Quería captar el espíritu de calidez isleña"

ulminado a principios del pasado septiembre y tras dos años de arduo trabajo -la fase de corrección ha sido especialmente intensa-, una de los atractivos de este sabroso manual es que transporta al lector a una estética "retro", en la que lo canario, lo entrañable y la calidez isleña se bordan en torno a graciosos complementos visuales, como pueden ser graciosas cenefas y bordados, bodegones, elementos decorativos de las cocinas... El periodista Zenaido Hernández prologa el libro de Pérez Tejera, que además de rescatar valiosos testimonios, hace gala de un anecdotario que desborda, sin duda, el espacio limitado de un solo volumen. "Todos estos conocimientos los he ido apuntando desde niña, ya que siempre me ha atraído escribir y ese aspecto lo he unificado con lo mucho que me han gustado y me gustan las historias y gastronomía relacionadas con nuestra canariedad", resalta.