Llamado en algunas zonas el "espárrago del pobre" y en cierto modo olvidado, se sirve aliñado y también resulta agradable preparado como encurtido.

F. BELÍN, S/C de Tenerife

Con el recuerdo emocionado y siempre latente, desde estas páginas, del periodista Pau Alborná, que fue coordinador de la prestigiosa revista gastronómica digital 7 Caníbales y que recientemente nos dejó, se centran hoy estas líneas en una colaboración de Víctor Oller que rescatan un curioso elemento marino utilizado para complementar platos de los pescadores mediterráneos.

El hinojo marino es una hierba aromática que crece silvestre en las costas rocosas del Mediterráneo, aunque hay quien la siembra o trasplanta para consumo propio.

Por de pronto, se le atribuyen virtudes medicinales y terapéuticas, siendo sus infusiones beneficiosas para la obesidad, los trastornos renales y la sensación de cansancio.

Oller menciona al pescador Joan Nadal, de Tossa de Mar, que gusta de resaltar la relevancia histórica del hinojo marino y de cómo en épocas de hambruna había calmado los estómagos mas pobres.

"Se hervía y una vez aliñado se servía en la mesa. También fue muy utilizado como medicina por los marinos de ultramar, que morían en sus travesías a causa del escorbuto, y gracias al alto contenido en vitamina C podían combatir dicha enfermedad y no morir".

Se le asocian también propiedades depurativas (acción sobre el hígado), digestivas, diuréticas, las estimulantes, pues actúa sobre las glándulas endocrinales y sobre los tiroides.

En el artículo se hace referencia a su sabor anisado suave, con punto salado marino y matices cítricos.

Este tipo de hinojo, que crece a escasa distancia del rompiente de las olas en las rocas, ha sido olvidado por la gastronomía profesional actual al igual que por la popular.

Se puede preparar también como encurtido, poniéndolo en un tarro de cristal junto a unos ajos, algo de laurel y romero. Se llena la mitad del tarro con vinagre blanco y el resto con agua, dejando reposar tranquilamente dos o tres de meses.

En algunas zonas también se le ha asociado por su sabor al espárrago, llegando a llamarse en Inglaterra el "espárrago del pobre".

Florece hacia el mes de agosto y sus frutos maduran en otoño. De la recolección interesan las hojas, que son verdes como el tallo y tienen el rabillo dilatado, como si fuera una vaina.

Todavía en algunos hogares se pone en las anchoas en salmuera, cuando se prepara al uso casero; entonces, la salmuera se cubre con unas hojas de esta planta marina, que les infiere su esencia y particulares.

Eso sí, al ser un sabor tan especifico y poco familiar, debe usarse en cantidades moderadas.