El futuro del Salón de Gourmets, que este año cumple su XXV aniversario, pasa por una mayor presencia de empresas extranjeras en esta cita anual que se celebra en Madrid en torno a la alta gastronomía, según opina en una entrevista su presidente, Francisco López Canis.

"El balance es muy positivo, empezamos siendo muy pequeñitos y el niño nos ha comido muy bien y goza de muy buena salud", bromea Canis, que recuerda que de los 73 expositores de la primera edición (1987) se ha pasado a los 1.280 este año, cuando la cifra de visitantes profesionales se cerrará en torno a 80.000.

El presidente del Grupo Gourmets ha recordado que se trata de un salón profesional no abierto al público -a excepción de la zona educativa del Taller de los Sentidos- y que no recibe ayudas, a pesar de lo cual los organizadores facilitan contactos comerciales entre compradores extranjeros y empresas en un centro de negocios.

"Eso facilita que haya casi 2000 entrevistas comerciales, les ponemos un intérprete si es necesario y facilitamos todo. Evidentemente atravesamos una situación económica muy delicada y la salida es vender fuera, pero a una empresa le cuesta una fortuna ir a vender a China por su cuenta, y aquí le traemos los compradores", ha subrayado.

Un vistazo al bullicio del salón este año permite constatar que el sector alimenticio goza, a pesar de la crisis, de una relativa buena salud en comparación con otros, algo que López Canis atribuye a que "la gente está haciendo los deberes y moviéndose para salir a flote, porque no vale estar todo el día quejándose".

El futuro de Gourmets pasa, a su juicio, por una mayor presencia extranjera pero no por la expansión indiscriminada, ya que este salón "nunca va a ser una feria generalista porque no nos interesa y nos la cargaríamos".

Para eso ya están otras grandes citas europeas como Alimentaria (Barcelona), el SIAL (París) o la NOVA, en Alemania, apunta el presidente del grupo, quien opina que el salón "está bastante encajado" en cuanto a productos españoles.

También ha destacado el "intenso" programa de actividades paralelas como uno de los puntales del Salón, entre ellas los campeonatos nacionales de cortadores de jamón, cocineros, abridores de ostras o la presentación del nuevo portal del ICEX en inglés para la promoción de los alimentos españoles.

La atención a los niños es otro de los fuertes de Gourmets, que propicia cada edición el paso de numerosos escolares por su Taller de los Sentidos para que se familiaricen con la alimentación, toquen el pescado o conozcan los beneficios de un buen desayuno español y del aceite de oliva y las frutas.

"España tiene un problema grande de obesidad infantil, se ha duplicado en el último decenio lo cual es una barbaridad. Por eso es importante que aprendan historia y matemáticas pero también a alimentarse porque si no les va a ir muy mal en la vida. Nos pasamos la vida hablando de la dieta mediterránea y luego la practicamos poco", asevera López Canis.

En cuanto al futuro de la gastronomía española, recuerda que cuando hace 35 años comenzaron con la revista Club del Gourmet, "habíamos dejado atrás una etapa en que el problema era alimentarse, subsistir, pero cuando subió el nivel de vida empezó el interés por la gastronomía y nosotros lo impulsamos a través de las mesas redondas celebradas desde el 76 al 79".

Fueron aquellas unas mesas por las que pasaron muchos de los grandes popes de la cocina internacional y también jóvenes cocineros con ganas de revolucionar los fogones y que hoy peinan canas, como Juan Mari Arzak o Pedro Subijana.

"El futuro pasa por el mantenimiento de los productos, que no perdamos nuestras raíces pero al mismo tiempo estemos atentos a los adelantos. Debemos tener muy claro que en España la mayor parte del PIB corresponde al turismo y el señor que viene aquí viene a probar lo nuestro. Como dijo una vez un periodista americano, ''para comer pescado crudo me voy a Japón''", recalca.

Entre las anécdotas de estos 25 años López Canis resalta la visita de Don Juan de Borbón, el padre del rey, a la primera edición del Salón: "le gustó tanto que al día siguiente se escapó y se presentó aquí sin escolta, y tardaron horas en localizarle".