Entre las provincias de Valladolid, Segovia y Ávila, se extienden las 10.000 hectáreas de viñedo de la denominación de origen Rueda, condicionadas por la influencia del Duero, que recorre el norte de las comarcas, bajo un clima de tipo continental, con inviernos muy fríos y veranos cortos y calurosos, concentrando la mayor parte de viñedos sobre tierras llanas y altas, entre los 600 y 800 metros de altitud. En cuanto a los suelos, predominan los cantos rodados en la superficie, con terrenos cascajosos, pobres en materia orgánica, con buena aireación y drenaje. Se trata de suelos arenolimosos y limosos. Nos referimos a una de las pocas zonas vinícolas europeas especializadas en la elaboración de vino blanco con la protección y el desarrollo de su variedad autóctona: la verdejo. También están autorizadas, viura, palomino fino y sauvignon blanc. En tintas, tempranillo, garnacha, cabernet sauvignon y merlot. En esta última campaña, los casi 1.500 viticultores cosecharon unos 60 millones de kilos de uva, de los cuales 57,3 son de variedades blancas (82% verdejo). Para la visita no olviden conocer las bodegas subterráneas donde se elaboraban los famosos blancos de la tierra de Medina que enamoraron a los Reyes Católicos y dieron fama a los vinos de la zona. Bodegas excavadas en muchos casos bajo las propias casas. En cuanto a la clasificación de sus vinos, podremos encontrar Rueda, Rueda verdejo, Rueda sauvignon blanc, espumoso y dorado, rosado, rosado espumoso y las categorías españolas más clásicas para los tintos, joven, crianza, reserva y gran reserva. Los blancos de verdejo se caracterizan por mantener tonalidades pajizas con reflejos muy verdosos en su juventud, con aromas muy frescos y elegantes, notas de hinojo, balsámicos y mentolados. En boca suelen presentarse muy frutales, con buena persistencia y acidez. En cuanto a la gastronomía local la oferta resulta infinita: lechazo asado, morcilla de Burgos, estrellados burgaleses, olla podrida, que deriva de olla poderida o de los poderosos, al tratarse de un plato bastante contundente por su composición de alubias y cárnicos. Cecina de León, sopas de ajo, cocido maragato, bacalao al ajo arriero, olla berciana, mantecados y hojaldres de Astorga o los nicanores de Boñar, postre típico con una base de harina, mantequilla salada y huevos. No olviden la tradicional Culeca de Soria. Una región para conocer y una nueva excusa para brindar. ¡salud! Más información: 983 868 248 e-mail:crdo.rueda@dorueda.com

Enólogo de Torres en Canarias