Se va el año 2009 y se hace balance de lo que fue y de lo que va a ser en 2010. Estos días, la actividad promocional ha sido intensa para presentar lo que será un nuevo Año Xacobeo (cuando el 25 de julio cae en domingo). Hasta en Tokio hubo, días pasados, una presentación del Camino y de la regia gastronomía enraizada a los largo de los distintos tramos.

Tanto es así que los peregrinos, en el Año Xacobeo, alcanzan el llamado Jubileo, pero a fe que también se ganan el "Júbilo" cuando prueban los platos de las regiones por donde se adentra la arteria cultural y religiosa.

Quien firma, junto al compañero Paco Martínez, coronó este año el denominado "Primitivo", exigente, desde luego (340 kilómetros que equivalen a 500, a mí me pareció). Comprende desde Oviedo a Compostela pasando por Lugo, por lo que, de primera mano, les describiré algunas perlas culinarias para el que desee ganarse el "Júbilo", perdón, el Jubileo.

Mención especial para el pote asturiano, con berzas, papas y toda una suerte de embutidos que hacen de esta receta tradicional asturiana un plato contundente. Lo tomamos en Oviedo, junto con el pescado del Norte. De postre, carbalyones, unos dulces a base de almendra y azúcar cristalizada. Antes de comenzar la aventura, cayeron unas sidrinas con los pinchos de algunos locales típicos.

Una vez emprendida la marcha, dimos cuenta consecutivamente de especialidades de aquella comunidad, entre ellas el chosco (en la fotografía), suerte de embutido muy particular, que Ángel, regente de un restaurante, remarcó que va a lucir su denominación de origen, la de Tineo, el pueblo donde se elaboró para sustentar a la gente del campo. Se trata de un producto muy delicado y agradable respecto a otros embutidos de características más contundentes y picantonas. Tuvimos la oportunidad de probar el cachopo (una especie de san jacobo) y la carne siempre excepcional de la zona. Gracias al padre del compañero, nos recibieron en Pola de Allande con más embutido de confección casera y una empanada aldeana de factura irrepetible. Buen vino, por cierto. En la Nueva Allandesa resaltaron el paté de morcilla y el repollo relleno de ternera, y en Berducedo, en un restaurante bien puesto, La culpa fue de María, tuvimos estupenda cecina de León. Ya en Galicia, fenomenal el pastel de Fonsagrada y el pulpo en Casa Ezequiel, en Melide.