No parece imaginable que la colonia de majoreros y majoreras afincada en Tenerife no conozca todavía los ricos sabores que encierra un lugar como Finca Llarena. Para quienes aún no hayan tenido la oportunidad de degustar las bondades de sus fogones, bien vale la pena una escapada hasta los altos de Tacoronte, en la zona de Agua García, en ese lugar conocido como Lomo La Jara, donde se puede disfrutar, además, de un entorno natural sencillamente maravilloso. Como pocos.

En la mente de Félix Llarena, el propietario y alma máter de este singular establecimiento, ya maduran nuevas ideas. Entre otras, la de convocar una "apañada" de majoreros, con el propósito de que la cita se convierta en un tradicional encuentro desde el que reivindicar la cultura, costumbres y tradiciones de aquella Isla en toda su extensión. Así, por ejemplo, un baile de taifa puede acompañarse con la degustación de un potaje, el popular y sabroso cabrito, unas suculentas viejas jareadas o los afamados quesos de aquella tierra, y contando para ello con la presencia de figuras singulares y destacadas de Fuerteventura.

Hasta tanto se va "cocinando" esta idea y va alcanzando su punto ideal y la mejor de las texturas, los fuegos se mantienen vivos en Finca Llarena, mostrando al cliente una carta ajustada en los precios y también precisa en cantidades, pero que desborda sabrosura y gusto.

Entre los platos de cuchara no falta el sempiterno potaje de berros, una seña de identidad de la gastronomía canaria que se presenta con su piña de millo y acompañado por escaldón, aunque tampoco desmerece un reconfortante caldo de gallina, de ésos que, como bien reza el dicho, sientan las madres y ayudan a soportar el frío.

Para el interludio del picoteo, la propuesta de un buen queso majorero, con su cobertura de pimentón, o también la rotundidad de un manchego valen para ir abriendo boca, y qué decir de los tomates aliñados, de fábula, simplemente con una pizca de sal, o de los huevos al estampido.

Ya con tenedor y cuchillo en mano, la carta se abre en posibilidades capaces de conquistar el gusto de cualquier comensal. La ropa vieja esconde el secreto de servirse preparada con caballa melva, lo que representa todo un descubrimiento para el paladar y también para la imaginación, y no es menos un arroz de caza, plato surgido de la invención del propio Félix, tomando la idea de una composición majorera, donde el grano se acompaña de codornices, conejos y champiñones.

Ni la carne de cabra ni el baifo frito podían faltar en un restaurante majorero que se precie y es que el género, original de aquella Isla, supone de por sí garantía de calidad. Pero no le van a la zaga las carnes ibéricas, como el caso del secreto o la pluma. A ellos se suman las codornices, presentadas en el plato con ajos y junto a los huevos.

La jarea frescal es otra de esas delicias que define, de manera inequívoca, la calidad de Finca Llarena, o el pulpo frito.

Entre los vinos, los de Señorío de Villarrica, de la Denominación de Origen Rioja, crianzas y reservas 100% tempranillo; Tinto Pesquera Joven 2006; Avenencia 2001 o el descorche de un Venta Don Quijote.

LA FICHA

Restaurante: Finca Llarena

Dirección: C./ Hoya Manzanero, 27-A. Agua García (Tacoronte), por la carretera que accede al Lomo La Jara

Teléfonos: 922.58.51.93-665.83.06.59 Opciones y horarios: Cerrado los lunes y los martes. Se mantiene abierto de miércoles a domingo, desde las 13:00 hasta las 23:00 horas, con cocina ininterrumpida. Comedor y reservados con capacidad para 80 cubiertos. Música en vivo.