El retroceso electoral de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en las elecciones del 26 de junio ha dejado a la formación independentista lejos de cumplir los requisitos que marcan los reglamentos de ambas cámaras para contar con grupo parlamentario propio, y evitar su ingreso en el Grupo Mixto, lo que nunca había ocurrido, está en manos del PP o del PSOE.

El Reglamento del Congreso contempla dos vías para poder crear un grupo parlamentario: obtener al menos 15 escaños o, en caso no de llegar a ese umbral, tener cinco diputados y, además, aglutinar el 5% de los votos a nivel nacional o bien un 15% en las circunscripciones en las que se presentó candidatura.

En las elecciones del pasado domingo, CDC consiguió ocho escaños pero no llegó al 15% de los apoyos en las cuatro provincias catalanas, ni en el conjunto de Cataluña, el argumento que en la pasada legislatura esgrimieron el PP y el PSOE para permitirle contar con voz propia en el Congreso.

Así las cosas, a los convergentes sólo les queda una tercera vía para poder conformar grupo parlamentario propio y no tener que adscribirse al Grupo Mixto, y es la de recurrir a préstamos, puntuales o no, de diputados de otros grupos, una práctica que en legislaturas anteriores se ha permitido a partidos como Coalición Canaria (CC), Unión, Progreso y Democracia (UPyD), IU-ICV y ERC.

En este caso, CDC necesita siete diputados para llegar al mínimo de 15 que fija el Reglamento de la Cámara Baja para tener grupo sin tener en cuenta los porcentajes. Ese préstamo no lo puede hacer cualquier partido, sino que deben ser las grandes formaciones, que ya tienen asegurado su propio grupo parlamentario y tienen margen para hacer cesiones.