Debacle, batacazo... Cualquiera de los calificativos define el resultado de Coalición Canaria (CC) de La Laguna en las elecciones de ayer. El municipio que hasta ayer era feudo seguro de CC traicionó su nacionalismo y lanzó una seria advertencia a una formación que en dos procesos electorales ha pasado de una mayoría absoluta, la lograda por Ana Oramas, a quedarse con apenas siete concejales -de 27-.

La salida de Fernando Clavijo, una mandato con asuntos polémicos, un candidato que no acabó de cuajar y la fuerte irrupción de otras fuerzas de izquierdas han dejado a CC al borde del precipicio y a un ayuntamiento en el que será necesario un pacto a tres, como mínimo, para gobernar.

Con José Alberto Díaz al frente, CC pasó anoche de los trece concejales que logró Clavijo en 2011 a siete. Pese a seguir siendo la fuerza más votada, se trata de un resultado más que pobre para una formación nacida para gobernar.

El gran triunfador de los comicios de ayer en Aguere fue, sin género de dudas, Unid@s se Puede. La formación que nació de la confluencia de partidos como Podemos, Izquierda Unida, Sí se Puede y Equo no solo entró con fuerza en el ayuntamiento, sino que superó a partidos tradicionales como PSOE y PP.

Los más de 12.800 votos logrados por la coalición le han servido para hacerse con seis representantes en el pleno lagunero, solo uno menos que CC, uno más que el PSOE y dos más que el PP. Toda una sorpresa -o no tanto- para una formación que creció al amparo de las asambleas ciudadanas.

Rubens Ascanio, un joven bregado en el movimiento juvenil y estudiantil -estuvo en Azarug- ha liderado un proyecto que llega para quedarse.

Y si lo de CC es un fracaso, tampoco se prestan a elogios los resultados del PP, que perdió dos concejales con respecto a 2011. El efecto Antonio Alarcó se quedó, precisamente, sin efecto. Atrás quedan las afirmaciones de los últimos días, en las que el candidato del PP llegó a asegurar que, con toda modestia, se veía alcalde. No pudo doctorarse esta vez en Aguere.

Y tampoco se pueden interpretar como positivos los resultados obtenidos por el PSOE de Javier Abreu. Los cuatro años en el gobierno municipal como socio de CC apenas le han servido para sumar un solo edil con respecto a hace cuatro años. Lejos de los que esperaba. Se queda con cinco.

Repite con tres representantes Santiago Pérez, esta vez con nuevo partido, y se estrena Ciudadanos con dos concejales, Teresa Berástegui y Fernando Gortázar. El nuevo pleno, pues, sumará un partido más.

Con este panorama, La Laguna, como otros tantos ayuntamientos canarios, está abocada a un pacto. Solo que en este caso debe ser de, como mínimo, tres partidos.

Y es aquí donde CC deberá hilar fino si quiere cerrar un acuerdo que la mantenga en el consistorio. Si repite el de los últimos cuatro años con el PSOE tendrá que sumarse otra formación para llegar a los 14 ediles que son la mayoría del pleno. Ciudadanos parece la más viable.

Si, por el contrario, opta por un pacto con el Partido Popular, ya no le valdría solo el apoyo de Ciudadanos sino que se tendría que sumar otra formación más. Difícil encaje en este caso.

No se descarta, pues, que el acuerdo pueda llegar desde el ámbito de la izquierda, liderado, precisamente, por Unid@s se Puede. Aunque también en este caso la formación que encabeza Rubens Ascanio está obligada a ponerse de acuerdo con tres formaciones.

Los números le dan mayoría si se alía con el PSOE y XTF-Nueva Canarias. No obstante, parece más ficción que realidad después de lo vivido durante el último mandato, en el que los socialistas gobernaron con CC.

Otros pactos se antojan más difíciles aún. Habrá que negociar más que nunca. Hoy se pone el contador a cero.