Un Parlamento de Canarias con 75 escaños, 44 de ellos elegidos en las siete circunscripciones insulares respetando la triple paridad y los otros 31 en una única circunscripción regional, es una de las más novedosas propuestas para reformar el sistema electoral autonómico, pensada para contentar y representar a todos.

Prácticamente todos los partidos admiten ya que el vigente sistema electoral es muy defectuoso y necesita una actualización, aunque "tampoco es la razón de todos los males" de Canarias, argumenta Ángel Dámaso Luis León, profesor e historiador que colabora en el área de Historia de América de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna.

Luis Léon acaba de publicar en Politikon.es un artículo en el que propone un nuevo sistema que no es perfecto, admite, pero corrige algunas de las deficiencias del actual modelo, que tiene un sesgo mayoritario que puede promover la desmovilización y desvirtuar la representación.

El académico mantiene que es posible articular un modelo que contente tanto a partidos como a electores, al mejorar la representatividad, respetar el pluralismo, mantener la paridad y promover una democracia más participativa.

Las propuestas en los programas de los partidos para un nuevo sistema electoral van desde una nueva circunscripción regional a reducir el número de parlamentarios, pasando por simplemente rebajar las elevadas barreras electorales actuales.

Pero Ángel Dámaso Luis León considera que la mayor parte de estas propuestas son incompletas, endebles o simples parches.

Por ejemplo, limitarse a reducir las barreras electorales, la opción más fácil de aplicar y la más extendida en el debate político, no sería útil porque no corrige los problemas de sobrerrepresentación territorial frente a la población.

La propuesta de Ángel Dámaso Luis León es un Parlamento de Canarias con 75 escaños, de los que 44 se eligen en las siete circunscripciones insulares y 31 en una lista autonómica, con una única barrera del 3% para cada una de esas ocho circunscripciones.

Ese número de parlamentarios se acerca al de comunidades con población similar, como País Vasco y Castilla y León, y es importante que los escaños sean impares para facilitar la conformación de mayorías. El sistema propuesto respeta la triple paridad, pues el autor propone que los 44 diputados insulares se distribuyan así: Tenerife 11; Gran Canaria 11; Lanzarote 6; La Palma 5; Fuerteventura 5; La Gomera 3; y El Hierro 3.

La triple paridad consiste en igual número de diputados entre provincias (22), igual entre Gran Canaria y Tenerife (11), e igual entre islas capitalinas y el resto (22).

Ángel Dámaso Luis León explica que este sistema respeta el pluralismo, porque facilita la entrada de partidos insulares, al eliminar las elevadas barreras que los excluyen ahora si no llegan al 30% de los votos.

Pero a la vez compensa el déficit de representación de otros partidos gracias a que la lista autonómica de 31 diputados reafirma el voto de las actualmente infrarrepresentadas islas centrales.

Si además se decide abrir y desbloquear las listas insulares, el académico considera que se conseguiría una democracia más participativa, al mejorar los vínculos y la rendición de cuentas entre representantes y representados.

"Este modelo no es perfecto ni busca serlo", reconoce el autor, porque "la perfección en estos caso no existe". Pero es una aportación a un debate "que debe afrontarse más allá de infantilismos y simplificaciones" y que puede conseguir contentar y representar a todos.

En cualquier caso, Luis León trata de desterrar en su artículo lo que considera "ideas falsas" que se atribuyen al vigente sistema electoral canario, no siempre de forma justificada.

El actual no es la razón de que Coalición Canaria (CC) haya gobernado ininterrumpidamente desde 1995, sostiene Luis León: "Si CC se ha mantenido en el gobierno ha sido porque el PSOE y el PP no han podido o no han querido llegar a acuerdos entre ellos".

Argumenta también que el sistema vigente no favorece a los partidos grandes, sino a aquellos que se distribuyen homogéneamente entre todas las islas, como es el caso de CC y en menor medida del PSOE.

En ese sentido, el PP, al concentrar sus votos en Gran Canaria ha sido uno los partidos más perjudicados, como ocurrió en 2011, cuando ganó en votos pero no se distanció en escaños.

Tampoco es culpable el sistema electoral actual de que otras fuerzas insulares no hayan sido capaces de presentarse bajo siglas comunes en las distintas circunscripciones.