El PP logró anoche en la provincia tinerfeña no solo su mayor victoria en la historia de la democracia, sino la más abultada en las cuatro islas en número de votos. Hasta ahora, el PSOE había logrado el mayor número de sufragios, 179.622. Fue hace solo tres años atrás. Hoy, todo eso ya es historia: anoche el PP impuso una nueva "plusmarca" electoral, con 204.802 votos, aunque los cuatro diputados cosechados en la provincia permiten escribir la victoria en minúsculas al no ser inédita; iguala el número de actas del PSC de Felipe González en su primer triunfo (1982). Antes, la UCD llegó a contar hasta con 5 diputados.

El PP es el ganador absoluto. A puntos (número de votos, que duplica con creces a CC) y en combates (diputados). Nunca hasta ahora los populares habían logrado cuatro diputados. Con el escrutinio finalizado, el PP logró en la provincia tinerfeña cuatro diputados, duplicando los dos de 2008, mientras que el PSOE perdió uno de los tres de las anteriores elecciones, y CC ve cómo su representación queda en un exiguo diputado por Santa Cruz de Tenerife. Frente a la victoria del PP, que "ingresó" 56.301 papeletas más al Congreso respecto a sus datos de 2008, destaca el desplome de los socialistas, que se quedan en 107.193 (72.429 votos menos que en 2008), o la caída de CC, que bajó la barrera psicológica de los 100.000 sufragios, al contabilizar ayer 90.322, 53.204 menos respecto a la anterior convocatoria electoral nacional.

Aunque los socialistas pierden casi veinte mil votos más que los nacionalistas, porcentualmente "disimulan" su varapalo en la provincia, y pasan de tres a dos diputados, y la derrota se ceba con CC, que "maquilla" la lectura de su resultado con el escaño que ganó su socio, Nueva Canarias, en Las Palmas. De no ser así, Ana María Oramas hubiera sufrido la soledad que padeció Luis Mardones en la década de los ochenta, cuando ni siquiera Coalición Canaria era CC, sino Agrupación de Independientes de Canarias (AIC).

Nunca antes, bajo las siglas de CC, los nacionalistas habían cosechado solo un diputado, y eso que cuando ayer se cerraron los colegios las primeras encuestas a pie de urna le dieron una horquilla a esta formación que le permitía soñar con cosechar los "salvoconductos" de Ana María Oramas y Milagros Luis Brito, al que sumaría el de Pedro Quevedo, por Nueva Canarias, que sí se garantizó la plaza.

En el histórico de resultados, CC, bajo estas siglas, nunca había bajado la barrera de los cien mil votos; el peor registro fue precisamente en las elecciones de su estreno, en las nacionales de 1993, cuando reunió 104.164. Solo la alianza con NC les permite coger resuello a los nacionalistas, pues el dato en el Senado no era halagüeño, y volvía a dejar a Ricardo Melchior fuera de la Cámara Alta, con lo que CC se hubiera quedado con un único representante: Oramas, y como puntilla, la entrada en el Senado de la cuota del CCN en su pacto con el PP: Luz Marina Socas León. En ese marco hay que entender la sentencia anoche de Oramas: "Toca hacer una reflexión que pasa por una nueva refundación del nacionalismo canario".