Los casi 120.000 parados canarios que llevan más de un año buscando trabajo podrán contar a partir de ahora con la ayuda de un asesor personal para intentar recolocarse. Los desempleados de larga duración y especialmente los de muy larga duración, es decir, esas personas que acumulan dos o más años tratando sin éxito de reincorporarse al mercado laboral, son el principal reto que afrontan tanto el Ministerio de Trabajo como la Consejería de Empleo. El objetivo del plan Reincorpora-t, que el Consejo de Ministros aprobó el día 5 en uno de los autodenominados ?viernes sociales? de Pedro Sánchez, es precisamente dar un empujón a un colectivo de parados que incluye a alrededor de 1,5 millones de personas con déficits formativos y en muchos casos problemas socioeconómicos, lo que dificulta su reincorporación al trabajo. La idea es sacar del desempleo a 422.100 parados de larga duración de todo el país durante los próximos tres años, de los que unos 32.000 serían canarios.

La principal novedad del plan Reincorpora-t es que los 118.500 desempleados isleños con más de 365 días buscando un puesto de trabajo tienen ahora derecho a elegir un orientador laboral de referencia. Una especie de médico de familia pero para lo relacionado con el empleo. Para poner en práctica esta medida será necesario contratar a unos 3.000 nuevos orientadores, si bien el incremento de la plantilla ya había sido acordado por el Estado y las comunidades autónomas en las negociaciones del plan de choque por el empleo joven. Los parados de larga duración son ahora ?colectivo prioritario de atención? para la red de orientadores, preferencia que hasta hoy solo se daba a los jóvenes desempleados. ?Reducir el paro juvenil es esencial desde un punto de vista cualitativo, pero el desempleo de larga duración es cuantitativamente superior?, explicó el economista José Miguel González, director general de Trabajo del Gobierno de Canarias. González valora el Reincorpora-t porque no se limita a habilitar ayudas económicas, ni siquiera a mejorar los servicios, sino que también intenta ser por sí mismo una herramienta útil para ayudar a estas personas, que, insistió, son ?cuantitativamente? el mayor reto para los servicios públicos de empleo.

No en vano, de los 228.200 parados que contabiliza la última encuesta de población activa, la correspondiente al cierre de 2018, un 52% son desempleados de larga duración. Así pues, uno de cada dos parados del Archipiélago tiene derecho a disponer de un orientador de familia y disfrutar de las demás medidas del plan estatal. De hecho, y al menos en principio, Canarias debe ser una de las comunidades que más partido saque al programa. ¿Por qué? Porque la subida del paro de larga duración ha sido generalizada, pero en las Islas ha sido extraordinaria. En España hay 1,55 millones de desempleados en estas circunstancias, un 250,3% más que a finales de 2007, cuando estalló la crisis. Pero es que los 118.500 que hay en la Comunidad Autónoma son un 332,5% más que los solo 27.400 de los últimos meses de 2007. De modo que se han cuadruplicado. Y la radiografía empeora si se tiene en cuenta que de esos 118.500 canarios, hasta 89.300 (tres de cada cuatro) son parados de muy larga duración. Estas personas, con más de dos años desempleadas y buscando trabajo infructuosamente, apenas eran 13.500 en 2007, con lo que casi se han septuplicado.