El presidente de Boeing, Dennis Muilenburg, que se enfrenta a la mayor crisis desde que asumió el cargo, dijo ayer que su empresa comprende que "las vidas dependen del trabajo que hacemos" y que está tomando medidas para "garantizar completamente" la seguridad del avión 737 MAX.

Muilenburg aseguró que una actualización del software del 737 MAX que comenzó tras el accidente mortal en octubre de Lion Air en Indonesia saldrá "pronto" a la luz y que se dará la correspondiente formación para pilotos. La compañía ha anunciado que abordará los problemas descubiertos tras la investigación del accidente.