CaixaBank prevé reducir la plantilla del Banco Portugués de Inversiones (BPI) en 900 personas en los próximos tres años y cerrar medio centenar de oficinas este 2017 si finalmente prospera la oferta pública de adquisición de acciones (opa) que ha lanzado para hacerse con el control de la entidad lusa.

El regulador portugués, la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM), registró ayer la oferta pública de adquisición de acciones (opa) presentada por CaixaBank por el BPI, período que empieza este martes y que finalizará el próximo 7 de febrero.

Caixabank ofrece un precio de 1,134 euros por acción y el desembolso total que podría llegar a hacer, en caso de que todos los accionistas la acepten, rondaría los 900 millones de euros.

En el folleto de la opa que ha publicado el banco catalán, éste señala que la rentabilidad de BPI en Portugal es inferior a la media del sector, así como su expectativa de dividendo.

Asimismo, apunta a la necesidad de mejorar su eficiencia y competitividad, para equipararlo a la media de sus competidores locales, mediante la reducción de los costes.

CaixaBank espera alcanzar una sinergia de costes de 84 millones de euros en los próximos tres años, hasta 2019, a través de medidas como el ajuste de la plantilla y la red comercial o un menor gasto de la actividad recurrente.

El grupo que preside Jordi Gual argumenta que la ratio de costes de personal de BPI versus ingresos es del 44 %, mientras que la media de los competidores se sitúa en el 35 %.

Por eso, CaixaBank plantea reducir la plantilla de BPI en 900 personas hasta el año 2019 a través de medidas no traumáticas, como prejubilaciones o bajas incentivadas. Con este ajuste, la entidad prevé ahorrar unos 45 millones de euros.

BPI tenía a cierre de 2016 un total de 5.515 empleados, según los últimos datos publicados por la entidad en su web, sin contar su división en África.

Los otros 39 millones de euros de ahorro los obtendría de la base recurrente, es decir, de los gastos generales de la entidad.

CaixaBank, por otro lado, contempla el cierre de medio centenar de oficinas este 2017, tal y como ya tenía previsto el BPI, que en los últimos dos ejercicios ha cerrado un total de 104 oficinas, 52 en 2015 y otras 52 en 2016.

CaixaBank, por tanto, "no prevé ningún cierre adicional de oficinas" ni este año ni en ejercicios posteriores, tal y como subraya en el folleto de la opa.

BPI tenía en septiembre de 2016, últimos datos disponibles, 535 oficinas.

En cuanto al actual equipo directivo de BPI, CaixaBank asegura que mantendrá su confianza en él y que aportará a la entidad lusa su conocimiento, experiencia y fuerza financiera "para buscar oportunidades futuras de crecimiento orgánico e inorgánico en Portugal".

Respecto a Banco de Fomento de Angola (BFA), la entidad recuerda que BPI ya ha pactado la venta del 2 % de su participación en el banco angoleño y que su voluntad es reducir gradualmente su peso en él en un período de tiempo razonable, atendiendo a las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE).

Para ello, preparará un plan de desinversión en BFA que deberá respetar los acuerdos parasociales que vinculan BPI y la entidad africana.

Caixabank tiene en sus manos actualmente el 45 % de las acciones del BPI y lanzó una opa sobre la totalidad del capital de la entidad, el quinto mayor banco de Portugal.

Después de los españoles, el mayor accionista es la empresaria angoleña Isabel Dos Santos, con el 18,6 % del capital, seguido por Allianz, con cerca del 8 %.

Con unos activos valorados en cerca de 40.600 millones de euros al cierre de 2015, el BPI es sólo superado por la estatal Caixa Geral de Depósitos, el Banco Comercial Portugués, el Novo Banco y el Totta, división lusa del Banco Santander que mejoró en este ránking tras la compra del Banif.