Los países del G7 han adoptado un marco común para proteger al sector financiero de ciberataques ante el creciente número de delitos de este tipo perpetrados contra instituciones y entidades nacionales, informó el Gobierno de Japón.

Se trata de un conjunto de medidas no vinculantes entre las que destacan el mayor intercambio de información y la revisión de las estrategias de ciberseguridad a nivel nacional, explicaron en un comunicado el Ministerio de Finanzas de Japón y el banco central de este país que ocupa la presidencia de turno del G7.

Los siete países más industrializados pretenden prevenir así nuevos casos como el sonado robo de 81 millones de dólares sufrido el pasado febrero por el Banco central de Bangladesh en su cuenta en la Reserva Federal de Nueva York (Fed), mediante el "hackeo" del sistema de mensajería financiera SWIFT.

"Los ciber-riesgos son cada vez más peligrosos y más diversos, y amenazan con causar interrupciones en nuestros sistemas financieros globales interconectados", señala la hoja de ruta aprobada por los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido).

Las autoridades financieras nacionales deberán ahora plasmar estas orientaciones de seguridad en normativas y medidas concretas, y en función de las características y el volumen del sector en cada país, según el marco común adoptado.

El documento también llama a establecer unidades nacionales de ciberseguridad y a revisar las estrategias actuales en este campo, con vistas a identificar posibles lagunas que concedan margen de acción para los delincuentes informáticos.

Estas orientaciones se basan en las conclusiones adoptadas por los líderes del G7 en la cumbre celebrada a finales de mayo en Ise-Shima (centro de Japón), así como en la reunión previa que tuvo lugar en la ciudad nipona de Sendai entre los titulares de Finanzas del grupo.