La Bolsa española ha caído el 4,34 % en la que se ha convertido en su peor semana desde finales de junio, cuando los británicos votaron a favor de su salida de la UE ("brexit").

De esta manera, el principal indicador español, el IBEX 35, ha cerrado en 8.633,40 puntos y puesto fin a una racha de tres semanas consecutivas de ganancias.

La fuerte volatilidad, el lastre de la banca, la caída del precio del crudo, y la posibilidad de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) suba los tipos de interés, han marcado esta semana que ha coincidido con el octavo aniversario de Lehman Brother.

La Bolsa se decantó el lunes por la tendencia negativa, ya que ese mismo día, registró su peor sesión desde principios de agosto, al caer el 1,76 %, por debajo de los 9.000 puntos.

El miedo que se desataba el viernes en Wall Street ante una inminente subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, arrastró a la Bolsa el primer día de la semana y después de que durante el fin de semana varias voces del propio organismo abogarán por un cambio en la política monetaria más pronto que tarde.

Los bancos, que fueron el sector que más se revalorizó la semana previa, encabezaron los recortes en esa sesión, en la que se conoció un informe de Goldman Sachs en el que la entidad no ve mucha capacidad de revalorización en las entidades españolas.

Aunque ese lunes Wall Street abrió en terreno positivo, la Bolsa española no cambió su rumbo, pero sí consiguió reducir sus pérdidas.

Unas caídas que se sucedieron el martes, cuando el IBEX 35 se dejó el 1,61 %, por debajo de los 8.700 puntos.

La mala evolución de grandes valores como Repsol y Telefónica y la caída del precio del crudo, arrastraron al mercado, que pasó por alto la opinión de varios miembros de la Fed, que pidieran "prudencia" antes de subir los tipos, y una positiva subasta de deuda del Tesoro.

En dicha puja, la primera de la semana, España adjudicó 4.574,3 millones en letras a seis y doce meses con intereses negativos una vez más.

Los datos macroeconómicos también marcaron la sesión al conocerse que los precios cayeron en España un 0,1 % en agosto, el menor descenso del año, en tanto que en Alemania, la confianza de los inversores se mantenía sin cambios en septiembre.

Ya el miércoles, en su cuarta sesión consecutiva del pérdidas, el mercado nacional se dejó el 0,25 %.

Un día más, el precio del crudo volvió a marcar la cotización bursátil, ya que después de conocerse un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en el que se aseguraba que el consumo de petróleo descenderá en 2016 y 2017, el Brent, de referencia en Europa, cayó hasta los 46 dólares.

La banca tampoco ayudó a la Bolsa española en esa sesión, que no obstante, el mercado inició con ganancias, que finalmente, no pudo mantener.

Ya el jueves, el IBEX 35 rompió con una racha de cuatro sesiones consecutivas a la baja al subir un leve 0,21 %, que la situaba por encima de los 8.700 puntos, en una jornada marcada por la falta de tendencia, y en la que el Banco de Inglaterra decidió mantener sin cambios los tipos de interés.

Además, en la sesión, el petróleo frenó sus caídas, mientras que el Tesoro volvió a apelar al mercado en una subasta de deuda a largo plazo en la tuvo que elevar el interés de las obligaciones a diez años.

Wall Street también animó al mercado con su tendencia positiva después de conocerse algunos macroeconómicos como las peticiones semanales de subsidios de desempleo, que fueron mejores de lo previsto.

Pese a la mejoría que registró la Bolsa el jueves, el viernes, el mercado volvió a las pérdidas, con una caída del 1 %, que coincidía con el vencimiento de futuros y opciones, la cuádruple hora bruja.

De nuevo, la banca sufrió alertada por la posibilidad de que Deutsche Bank se enfrente a una multa millonaria por su actuación en el negocio de las hipotecas basura o "subprime".