Más de 1,5 millones de españoles utilizarán a lo largo de este año la plataforma de alquiler de habitaciones y viviendas Airbnb, lo que supone más del doble que en 2014, cuando unos 600.000 viajeros recurrieron a este servicio para encontrar alojamiento en otras ciudades.

La plataforma está creciendo de forma exponencial en toda España, pero especialmente en Cataluña, donde el servicio ha arraigado con fuerza, como lo demuestra el hecho de que cerca de la mitad de los "huéspedes" españoles sean catalanes.

En concreto, 700.000 catalanes se hospedarán este año en casas de particulares gracias a Airbnb, lo que supone aproximadamente el 10 % del total de la población de Cataluña, destaca en una entrevista con Efe el director general de la plataforma en España y Portugal, Arnau Muñoz.

Airbnb está creciendo de forma importante en este mercado, a pesar de las trabas y de las reticencias y críticas que su actividad suscita en sectores como el hotelero o las propias administraciones, como la Generalitat de Cataluña, que ya ha interpuesto dos multas a la plataforma, una de 30.000 euros y otra de 1.500, por ofrecer en su web pisos turísticos "ilegales".

Muñoz recalca que el servicio de Airbnb no va dirigido a profesionales, sino a particulares, y que su actividad dista de los apartamentos de uso turístico, ya que en su web, asegura, la inmensa mayoría de personas que alquilan sus habitaciones o viviendas lo hacen de forma esporádica y como una "ayuda adicional" de su economía familiar.

Por eso, lamenta que se intente "demonizar" a Airbnb cuando no es un servicio profesional y que se cree una "ceremonia de la confusión metiendo en el mismo saco" a esta plataforma y a los apartamentos turísticos.

El directivo de Airbnb, que con anterioridad había trabajado en compañías como Easyjet o Lastminute.com, observa toda la polémica que rodea a su empresa desde el punto de vista de la "oportunidad", convencido de que a la larga la lógica se impondrá y este "discurso de la confusión" se acabará "desmontando".

Para conseguirlo, Muñoz apuesta por mantener siempre abierta la vía de diálogo con las administraciones y los demás agentes implicados, como el sector turístico o la comunidad vecinal, con el convencimiento de que Airbnb ofrece un "servicio a la sociedad".

A pesar de las dificultades que la plataforma está encontrando en España para operar, Muñoz asegura que la compañía nunca se ha planteado bajar la persiana en este país: "Creemos que lo que hacemos es justo y necesario".

Muñoz reclama que los gobiernos competentes regulen el sector, creando un marco de seguridad que haga posible la normal actividad en las diferentes comunidades, tal y como ya sucede en otros países europeos.

El gobierno catalán se plantea adaptar la normativa a las prácticas relacionadas con la economía colaborativa y legalizar el alquiler de habitaciones en domicilios particulares, una medida que Airbnb ve "muy positiva".