El mayor fabricante mundial de automóviles, Toyota Motor, logró de nuevo un beneficio récord en su pasado ejercicio fiscal, que concluyó el 31 de marzo, propiciado por la devaluación del yen y el recorte de sus costes, y pese al descenso de sus ventas en el mundo.

El fabricante nipón ganó 2,17 billones de yenes (16.181 millones de euros), un 19,2 % más que en el año fiscal anterior, en el que registró su hasta ahora mayor resultado neto, 1,82 billones de yenes (13.538 millones de euros).

La empresa con sede en Aichi (centro de Japón) también obtuvo un beneficio operativo récord de 2,75 billones de yenes (20.475 millones de euros), un 20 % interanual más.

Su facturación creció un 6 % con respecto al mismo período de 2013 hasta los 27,23 billones de yenes (202.762 millones de euros).

La mejora de sus resultados se debió a una reducción de costes por valor de 280.000 millones de yenes (2.083 millones de euros), así como a la continuada depreciación de la divisa nipona, una tendencia que promovió la competitividad de Toyota en el exterior e incrementó sus beneficios al repatriarlos.

Estos factores positivos compensaron el descenso de las ventas de Toyota del 1,6 % interanual, hasta los 8,972 millones de unidades, en un entorno económico global donde el sector del automóvil continúa mostrando signos de agotamiento.

En particular, Toyota achacó el retroceso al "estancamiento" de la demanda en China y en otros mercados emergentes, así como a la caída de sus ventas del 9 % en Japón, su segundo mayor mercado mundial.

No obstante, la empresa se benefició de la recuperación económica y del consumo en Europa y Norteamérica, su principal mercado, donde sus ventas crecieron en un 1,75 y un 6,8 %, respectivamente.

Otra partida que pesó en las cuentas de Toyota fue el incremento de las inversiones por valor de 160.000 billones de yenes (1.186), con el objetivo de "reforzar la futura competitividad de la empresa", explicó el presidente de la empresa, Akio Toyoda.

Con estas inversiones, Toyota aspira a construir "un modelo de negocio más sostenible" y evitar que se repitan las pérdidas de años anteriores motivadas por la crisis financiera, o escándalos como las llamadas masivas a revisión por los airbag defectuosos fabricados por la empresa nipona Takata, señaló Toyoda.

Toyota presentó a finales del pasado marzo una nueva "arquitectura" para sus modelos de nueva generación, que rebajará el coste de las fábricas en un 40 % al ser más compactas y eficientes, y que permitirá además fabricar vehículos más baratos y mejores.

Esta estrategia se aplicará a las nuevas plantas que Toyota prevé construir en China en 2017 y en México en 2019, con las que incrementará su capacidad de producción y reactivará su estrategia de expansión internacional, tras un período de "pausa intencionada" que inició en 2013.

Las dos nuevas fábricas "serán de las primeras en utilizar las innovadoras técnicas de producción" y se convertirán en "un referente" en este sentido, afirmó Toyoda en un comunicado.

Toyota también publicó hoy sus previsiones de resultados para el actual ejercicio fiscal nipón, que comenzó el pasado 1 de abril y terminará el 31 de marzo de 2016.

La empresa prevé un incremento de su beneficio operativo del 1,8 % hasta los 2,8 billones de yenes (20.836 millones de euros), así como un beneficio neto de 2,25 billones de yenes (16.741 millones de euros), un 3,5 % interanual más.

Asimismo, espera que la facturación por ventas crezca un 1 %, hasta los 27,5 billones de yenes (204.588 millones de euros).