El trabajo forzoso genera ganancias anuales ilegales de 150.000 millones de dólares, según un estudio publicado ayer por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y más de la mitad de las víctimas son mujeres. El informe se basa en datos primarios, no en estimaciones y, por primera vez demuestra la correlación entre trabajo forzoso y pobreza.

El trabajo forzoso implica un elemento de coacción, es decir ejercer una actividad sin haber dado el consentimiento previo y sin ser libre para dejar de realizarla.

Según las estimaciones mundiales de la OIT, sobre el 55% de las víctimas son mujeres, dado que en la explotación sexual comercial y en el trabajo doméstico, la gran mayoría son féminas y niñas. Otra conclusión es que el 44% de las víctimas migraron dentro o fuera de las fronteras antes de ser sometidas al trabajo forzoso.