El Banco de España consideró ayer "remota" la posibilidad de que se registren caídas generalizadas y persistentes de los precios de consumo (deflación) en el país, y solo la contempla en el caso de que un riesgo de esta naturaleza se materialice en toda la zona del euro. En el boletín económico correspondiente al mes de abril, la entidad supervisora sí espera tasas de variación muy reducidas del IPC a lo largo del año, que pueden ser incluso puntualmente negativas. Pero minimiza el riesgo de deflación al esperar una trayectoria "ligeramente creciente" de la inflación en el transcurso de 2014 debido a la tendencia de recuperación del gasto de los hogares y a las menores caídas en los costes laborales (salarios). El emisor español tiene entre sus previsiones un crecimiento de la inflación Coincidió con el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que el miércoles descartó un escenario de deflación en España y opinó que "lo que hace el Fondo Monetario Internacional (FMI) es cubrirse" cuando habla de este riesgo "reducido" para la economía mundial. El informe del Banco de España recordó que desde finales del ejercicio 2012 la inflación en España ha experimentado una acusada desaceleración, y mientras que en octubre de aquel año llegó a crecer un 3,5% interanual, en marzo de 2014 ha descendido un 0,1%. La explicación de este fenómeno debe buscarse en la desaparición del efecto directo sobre los precios de medidas como la subida del IVA de septiembre de 2012, la debilidad de la demanda o la desaceleración de los costes laborales. En cuanto al impacto de la subida del IVA, calculan que las empresas absorbieron en sus márgenes parte del aumento impositivo ante la debilidad del consumo.