El Pleno del Congreso aprobó ayer definitivamente la reforma laboral, con el apoyo de CiU, UPN y Foro, tras incorporar 85 enmiendas al texto durante su proceso parlamentario.

La nueva "Ley de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral" superó el último trámite desde que el Gobierno aprobó el real decreto ley que entró en vigor el pasado 12 de febrero.

En la sesión de ayer, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, agradeció las aportaciones de todas las formaciones políticas e insistió en que la reforma es "para la confianza y el empleo" y dará respuesta a los más de cinco millones de parados que hay en España, además de oportunidades a muchos jóvenes "que hoy lo necesitan".

La reforma aprobada ayer generaliza la indemnización por despido improcedente en 33 días con un tope de dos anualidades y facilita que las empresas puedan despedir por causas económicas con 20 días por doce mensualidades.

También se crea un nuevo contrato indefinido para autónomos y pymes de menos de 50 trabajadores con un año de prueba y sin indemnización por despido, mientras la tasa de paro no baje del 15%. En caso de despido colectivo en el sector público, establece que tendrá prioridad de permanencia en el puesto el personal laboral fijo que haya obtenido su plaza por un proceso de selección.

Rechazo sindical

Entre las reacciones a esta aprobación definitiva de la reforma laboral, los sindicatos CCOO y UGT afirmaron ayer que supone la "mayor agresión" al derecho del trabajo desde su nacimiento.

En un comunicado conjunto, ambas centrales sindicales avisan de que piensan seguir expresando su rechazo a la reforma.

"No cabe duda de que estamos ante un escenario desfavorable para el conjunto de la clase trabajadora", aseguran UGT y CCOO, que dicen verse "obligadas a redefinir y orientar" sus actuaciones a fin de seguir defendiendo y protegiendo los derechos de los trabajadores frente "al cada vez mayor poder de los empresarios".