El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, explico hoy que la mayor integración económica de la zona euro irá por fases, comenzando rápidamente por la unión bancaria, que no requiere un cambio de los tratados.

Otras cuestiones, como la "unión presupuestaria", pueden necesitar un cambio de los tratados comunitarios, lo que exigirá un plazo mayor de tiempo, según señaló Barroso en un coloquio en un centro de estudios en Bruselas.

Barroso presentó los principales elementos del informe que ha elaborado junto con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para la cumbre comunitaria de los próximos jueves y viernes.

El documento, divulgado hoy, pide avanzar hacia una mayor integración financiera, presupuestaria y económica que incluyen un mayor control sobre los presupuestos, eurobonos a medio plazo y un Tesoro europeo a largo, así como un fondo de rescate con algo más de poderes.

Barroso dijo que la unión bancaria "puede lograrse rápidamente" sin cambio de tratado, y señaló que este elemento "es necesario" porque "la crisis ha revelado crudamente el nivel de la insuficiente coordinación de la supervisión bancaria".

También avanzó que la Comisión Europea presentará, en los próximos meses, propuestas para crear un supervisor común europeo y un sistema común de garantía de depósitos y de resolución de bancos.

La unión presupuestaria o fiscal sí puede necesitar un cambio de Tratado, un proceso que requiere unanimidad de los Veintisiete, por lo que no se aventuró a ponerle un plazo en el tiempo.

Esta unión prevé un marco presupuestario integrado que implica tomar más decisiones a el nivel de la UE y avanzar hacia la emisión de deuda común.

Este punto requiere "más coordinación en la política fiscal y un enfoque europeo mucho más fuerte en asuntos presupuestarios", afirmó Barroso.

Sin embargo, reconoció que "algunos países no están listos" para un cambio de tratado. Por ello, apostó por "combinar la ambición con la secuencia adecuada, ya que no podemos generar falsas expectativas. Empecemos por la unión bancaria; eso se puede hacer rápidamente".

Pero advirtió de que el camino es irreversible y de que "el ritmo de la integración europea no puede ser el del miembro más lento".

"No podemos aceptarlo", sentenció.

Barroso recordó que el Reino Unido y Dinamarca tienen exenciones para entrar en el euro, y que otros países aún no están listos.

Por ello está la posibilidad de que los países del euro "vayan más rápido", pero abiertos a los que quieran unirse.

Barroso argumentó también que la mayor integración económica y financiera de la UE, además de ser la única salida para la zona euro, es deseada por los mercados y los socios internacionales de la Unión, como ocurrió en la pasada cumbre del G20 en Los Cabos (México).

"Esto es complemente nuevo. Antes, más integración era considerada una petición de los federalistas", recordó.