Las dudas sobre el futuro político y económico de Grecia, con nuevas elecciones en junio y la posibilidad de la salida del euro, causaron ayer renovada alarma en el mercado secundario de deuda de España, donde el diferencial con Alemania llegó a superar los 500 puntos básicos.

Aunque al cierre de la sesión se corrigió este desfase, hasta los 482 puntos, en la mente de los inversores es evidente que se ha instalado el temor a que España no sea capaz de financiarse si se sigue encareciendo la prima de riesgo.

Aunque el diferencial con el "bund" alemán llegó a alcanzar un máximo diario de 507 puntos, la rentabilidad del bono español aún tiene margen hasta el nivel crítico del 7%, por encima del cual se aprobaron los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda, insistieron en subrayar expertos y analistas, que descartan que el país tenga que pedir ayuda a la Unión.