El pequeño comercio debe centrarse en mejorar su calidad y en buscar productos diferentes y en asesorar a sus clientes para no desaparecer, según los expertos, que consideran que permitir que las grandes superficies abran más festivos no será la causa de su desaparición.

Los técnicos consultados consideran que la liberalización de horarios diseñada por el Gobierno de Madrid conllevará el aumento del consumo de productos no alimenticios, así como permitirá generar puestos de trabajo en las grandes superficies, aunque estos serán de peor calidad.

El balance será positivo en cuanto a aumento de consumo y creación de empleo, aunque quizá, el gran perdedor, será el pequeño comercio menos profesionalizado, dijo el profesor de Márketing del IESE, Julián Villanueva, quien añadió que también se verá afectada la conciliación de vida laboral y familiar de los trabajadores.

En su opinión, ampliar los horarios beneficiará "claramente" a las familias porque cada vez hay más mujeres que trabajan y para muchos hogares resulta complicado hacer la compra entre semana.

Consideró que no se puede establecer una relación directa entre ampliación de horarios y cierre de tiendas, sobre todo en las grandes ciudades, donde la culpa la tiene la competencia feroz desarrollada por las grandes cadenas.

En pueblos o ciudades pequeñas, en los que no hay un Zara o un Decathlon, sigue habiendo boutiques de moda tradicionales o tiendas de deporte, explicó.

"Si yo fuera un comerciante pequeño estaría asustado", dijo Villanueva, quien subrayó que lo que tienen que hacer para subsistir es especializarse, vender productos distintos y centrarse en el trato personalizado y el asesoramiento.

"Por desgracia, lo que abunda es la mediocridad. Tienen que renovarse, crear nuevos conceptos y formatos" porque en precios no pueden competir con las grandes superficies.

Desde 2008, todos los segmentos del comercio han perdido negocio salvo el electrónico, que abre las 24 horas los 365 días del año, lo que indica que hay gente dispuesta a consumir y que quien no se adecúa a las necesidades del usuario tiene difícil sobrevivir, dijo el experto en Comercio de la Universidad Complutense de Madrid Víctor Molero.

Las grandes empresas, apuntó, tiene más versatilidad para hacer frente a los costes pero son menos ágiles a la hora de hacer cambios, ya que cada decisión debe ser aprobada por los consejos de administración.

Por contra, las pequeñas compañías lo tienen más difícil en términos de costes pero son más flexibles para adaptarse con rapidez a los cambios. Además, pueden seguir compitiendo en calidad y en asesoramiento.

"Los grandes pueden tener mucho horario comercial pero si vas a comprar y quieres preguntar algo a alguien cuesta trabajo encontrar a un dependiente y si lo encuentras, lo normal es que no sepa nada porque es de otra sección", afirmó.

Para el socio responsable de Distribución de la consultora PWC, Javier Vello, la ampliación de horarios no aumentará el consumo en alimentación pero sí en productos textiles, electrónica u ocio, es decir, en aquellos con un mayor componente de "impulso".

"La gente no come más porque abras más. Lo que hará es repartir sus compras entre el sábado y el domingo, pero no irá los dos días", afirmó Vello, quien apuntó que, sin embargo, las cadenas de textil sí han comprobado que aumentan sus ventas de la semana cuando abren los festivos.

El pequeño comercio se tendrá que adaptar a los cambios en el consumo, de forma que si los lunes no entra nadie en su tienda deberá descansar ese día en lugar del domingo. "O se recicla o muere, tiene que aprovechar su ventaja competitiva: la proximidad al consumidor", aseveró Vello.

Año tras año, "la destrucción del pequeño comercio ha sido inevitable aunque se haya intentado proteger limitando los horarios de las grandes superficies", apuntó Pedro Cuesta, del departamento de Comercio e Investigación de Mercados de la Universidad de Alcalá de Henares.

El comercio tradicional "ya es residual" en España y su destrucción seguirá aunque se limiten los horarios porque ha dejado de ser competitivo "hace bastante tiempo".

Con la apertura en festivos, el empleo aumentará en las grandes superficies, aunque los puestos de trabajo que se creen será de peor calidad.

En cuanto al consumo, coincidió en que no aumentará las compras de alimentación o droguería, pero sí en aquellas relacionadas con el concepto "me voy de tiendas".