La tasa de ahorro de los hogares podría situarse en el futuro por encima de los valores previos a la crisis si el retroceso económico y la reforma del sector financiero "inciden de forma más permanente en la actitud hacia el riesgo de los agentes económicos", indica el Banco de España en su último boletín económico, publicado ayer.

En principio, el nivel de ahorro de las familias tenderá a estabilizarse, siempre -matiza el organismo regulador- que los cambios en las condiciones de acceso al crédito y el grado de incertidumbre hayan afectado solo de manera temporal a las decisiones de gasto.

El Banco de España constata que, desde que se inició la crisis, la tasa de ahorro doméstica ha experimentado "cambios muy intensos", que se tradujeron en un aumento de siete puntos entre 2007 y 2009 y en un descenso de cinco desde comienzos de 2010.

La institución indica que en otros países europeos y en Estados Unidos la trayectoria de ese indicador ha sido similar, aunque sus variaciones han sido menos acusadas que las españolas.

A su juicio, el repunte registrado tras el estallido de la crisis se debió al rápido crecimiento del paro, a la pérdida de valor de la riqueza financiera y de los activos residenciales, al mayor grado de incertidumbre sobre las rentas futuras, al endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación bancaria y a la perspectiva "y ulterior materialización" de abultados déficits públicos.

La disminución de la propensión al ahorro a partir de 2010 ha podido deberse a la mejora de algunos de estos factores, como la situación del mercado laboral.

El supervisor también se ocupa en su boletín de la evolución más reciente de la economía española. En ese capítulo, apunta que la debilidad de la demanda y la actividad se acentúa en los últimos meses del año, influida por el recrudecimiento de las tensiones financieras ante el agravamiento de la crisis de deuda soberana de la eurozona y las peores perspectivas de crecimiento mundial.

Es la principal conclusión del supervisor bancario, que observa retrocesos en octubre en algunos indicadores del consumo privado y la inversión en equipo.