Como resultado del aplazamiento del pago de una compraventa de bienes o de una prestación de servicios en la que vendedor actúa como prestamista y el comprador como prestatario, surge el crédito comercial como modalidad de financiación. Dicho instrumento facilita el intercambio comercial, principalmente entre las empresas, suponiendo por tanto, un soporte de la actividad económica, pues el vendedor aprovecha la ventaja que supone el permitir ofrecer plazos de pago que mejor se adaptan a las necesidades de sus clientes, mientras que para el comprador se presenta como una posibilidad para poder operar sin la restricción relacionada a la situación de tesorería.

La crisis económica y financiera actual ha tenido un impacto importante sobre la evolución del crédito comercial, a pesar de que estos flujos pueden ser muy relevantes en épocas de crisis. Así, se ha contraído en 2008 y 2009, reduciéndose el peso de esta partida sobre los balances del sector, al tiempo que han aumentado los periodos medios de cobro y de pago, como consecuencia de las mayores dificultades de las empresas en el saldo de tesorería.

En este contexto, mediante la Ley 15/2010, de 5 de julio, de modificación de la Ley 3/2004, de 29 de diciembre, por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales, se establece límites máximos en los plazos de pago efectuados como contraprestación en operaciones comerciales entre empresas, y entre estas y el sector público. No se regulan, sin embargo, las operaciones en las que intervienen consumidores, los intereses relacionados con otros pagos, ni los asociados a las indemnizaciones por daños. En este sentido, por lo que se refiere a los períodos de pago entre empresas, la normativa en vigor fija un plazo máximo de 60 días, que no podrá ser ampliado por acuerdo entre las partes, con el fin de evitar posibles prácticas abusivas. Por otra parte, se refuerza el derecho a percibir indemnización y se aplica la posibilidad de que las asociaciones denuncien prácticas excesivas en nombre de sus asociados, al tiempo que se promueve la adopción de códigos de buenas prácticas.

No obstante, los datos más recientes apuntan a una rápida recuperación del volumen de crédito comercial a lo largo de 2010, en línea con el mayor dinamismo económico y con la mejoría de las condiciones de acceso a esta modalidad de financiación.

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