Con el doble objetivo de facilitar el acceso a la vivienda a las familias más necesitadas de las Islas y reducir el amplio "stock" de obra nueva vacía, el Gobierno de Canarias puso en marcha el año pasado una serie de acciones entre las que figura una iniciativa pionera en España consistente en ofertar inmuebles en régimen de alquiler por los que su inquilinos únicamente pagan 50 euros al mes.

En concreto, esta medida, de la que en la actualidad se benefician 656 familias residentes en el Archipiélago, permite reconvertir viviendas del mercado libre en pisos dedicados al arrendamiento por 350 euros al mes, de los que 300 los abona directamente al promotor el Instituto Canario de la Vivienda.

Además de esta cuantía en concepto de alquiler, que reciben por adelantado al principio de las dos anualidades que contempla esta fórmula, los propietarios obtienen 4.000 euros adicionales. Entre tanto, los inquilinos tendrían garantizado un precio máximo de alquiler de 350 euros para los siguientes años hasta llegar a los diez, en el que existe la posibilidad de acceder a la compra, en cuyo caso se descontaría el 30% de las cuotas abonadas.

Se trata de una alternativa altamente valorada por los constructores canarios, a pesar de que no ha sido utilizada en la medida de lo esperado, puesto que el tope fijado por el Ejecutivo autonómico hasta final de año era de 2.000 y, hasta la fecha, solo se ha solicitado la incorporación a este régimen de unas 1.300, de las que alrededor de 650 están en proceso de tramitación.

El 70% de ellas están ubicadas en Tenerife, sobre todo en el Valle de La Orotava y los municipios del Sur. El resto se encuentran en Gran Canaria y, en un porcentaje menor en Lanzarote y Fuerteventura, mientras que en La Palma, La Gomera y El Hierro no ha habido ninguna solicitud. Algo que según el director del Instituto Canario de la Vivienda, Jerónimo Fregel, se explica por la coyuntura económica y social de cada isla, siendo fundamentalmente en las islas capitalinas donde, al haber más población, también hay más familias con problemas y promotores que no consiguen colocar su stock de viviendas".

Por su parte, el director de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), Óscar Izquierdo, esgrime que los principales obstáculos que están teniendo los promotores privados para participar en este tipo de iniciativas son la burocracia y las trabas de la administración central y la dificultad de acomodar a los requisitos de esta medida unas viviendas que se construyeron para venderse como vivienda libre".

En este contexto, puntualiza que este engranaje es a veces complicado, teniendo en cuenta que "en los últimos años del boom de la construcción se diseñaban unos inmuebles de unas características y unas dimensiones totalmente diferentes a lo que suele ser normal en el mercado del alquiler".

Aún así, Izquierdo considera que ha sido una buena idea y que, por tanto, sería positivo que se prorrogara por la fuente de ingresos que supone para los empresarios a los que, aunque no logra solventar por completo sus problemas, al menos les sirve para aliviar su situación financiera".

Acceso al crédito

Del mismo modo, resalta que, desde el punto de vista de la sociedad, representa una opción interesante para cubrir la demanda de vivienda que, aunque parezca lo contrario, sigue existiendo, dado que la gente sigue queriendo comprar casas, pero lo que no hay es facilidades para acceder a los préstamos hipotecarios".

De hecho, el representante de la patronal de constructores tinerfeña sostiene que "desde el momento en que las entidades financieran pongan en circulación el crédito, el stock de viviendas de Canarias, que ronda las 40.000 inmuebles, se venderá por completo".

Por su parte, el promotor Máximo Vicente Abreu, cuya empresa, Cruz Acevedo, apostó por este régimen para dar salida a 17 pisos que había construido en la localidad de La Camella (Arona), incide en que ha sido una excelente idea para sacar rendimiento a las obras que, por la crisis, no se han podido vender, pero sobre todo para facilitar el acceso a la vivienda a muchas personas necesitadas que de otra manera lo tenían casi imposible".

Abreu subraya que el balance de esta experiencia es ampliamente favorable y enfatiza que "con todas las viviendas que hay vacías en el Archipiélago no haría falta construir más en bastante tiempo".

Por ello, lo que le gustaría que otra de sus promociones, que está a punto de iniciarse en San Bartolomé (La Laguna), pudiera acogerse a esta medida o alguna otra similar vinculada al alquiler de las que promueve el Instituto Canario de la Vivienda, a la vez que anima a otros promotores a participar.

No obstante, coincide con Izquierdo en que los ajustes presupuestarios a los que se está viendo sometida la Administración Pública son un serio inconveniente para la continuidad de esta clase de acciones.

Si se contabiliza el montante de las dos anualidades garantizadas y los 4.000 euros entregados por cada piso, a fecha de hoy, la partida económica asociada a esta medida excepcional, complementaria al Plan Canario de Vivienda, supera los siete millones de euros, una cuantía que podría llegar a superar con creces los 22 millones si se cubriera el tope de 2.000 viviendas estipulado por el departamento autonómico.

Estas cifras dan una clara idea de los inconvenientes para reeditar este acción. Al respecto, Fregel comenta que a su término se hará una valoración de los resultados, aunque "lo que determinará en buena medida su prórroga será la disponibilidad de los fondos para asumirla en los próximos ejercicios", recalca.

El portavoz de la compañía constructora Cruz Acevedo incide en que entiende que los recursos del Gobierno son limitados, pero plantea que, en caso de que se pudiera reactivar esta iniciativa, "sería interesante alargar más el plazo de las ayudas para los inquilinos, aunque en lugar de los 50 euros actuales los inquilinos pagaran un poco más".

A su vez, propone que "se amplíe el número de promociones que puedan incorporarse a este programa ya que hay colas impresionantes de gente esperando por una vivienda".

Por otro lado, opina que "también sería factible que los inmuebles que acumulan las entidades financieras procedentes de los embargos o de las promociones que no han podido vender se destinaran al alquiler".

Precisamente, Fregel confirma que ya hay algunas empresas inmobiliarias asociadas a la banca que están recurriendo a algunas de las líneas del Instituto Canario de la Vivienda para explotar estos inmuebles en régimen de alquiler".

No en vano, argumenta que "el futuro está en el alquiler, porque por temas de trabajo la gente se mueve cada día más, a lo que se le suman otro tipo de problemas como las separaciones matrimoniales, etcétera, por lo que este formato está en auge".

También desde Fepeco se aboga por potenciar la vivienda en régimen de alquiler. Tanto es así que asevera que, junto con la rehabilitación es una de las líneas prioritarias para el sector de la construcción.

"Como consecuencia de la situación económico financiera que estamos padeciendo, una de las iniciativas importantes a tomar por las administrativas, las empresas y los propios ciudadanos es apostar por el mercado del alquiler", apostilla Izquierdo, que precisa que "en países como Francia, Alemania o Inglaterra representa el mayor porcentaje de residencia de los ciudadanos".

Crecimiento sostenible

Mientras, el director del Instituto Canario de la Vivienda, apunta que "el fomento del alquiler también sintoniza con la idea del crecimiento sostenible".

En este sentido, arguye que "nuestra intención es procurar no quemar más el territorio y aprovechar el parque residencial que está vacío, un modelo que además disminuye los costes y el tiempo de espera de los solicitantes de viviendas sociales, ya que no es necesario afrontar obras nuevas sino reconvertir el régimen de las que están vacías".

Carmen Ángel, que es una de las beneficiarias de la novedosa iniciativa del Gobierno de Canarias desde octubre del ejercicio pasado, comparte que "mucha gente se está decantando por el alquiler en lugar de la compra, que era a lo que antes aspiraba todo el mundo".

Sobre este asunto, comenta que "hasta hace unos años, todos queríamos comprar una casa con la intención de dejársela luego a nuestros hijos, pero por la inestabilidad laboral y las complicaciones para que te den una hipoteca que, se agrava todavía más en el caso de personas que rondan los 50 años".

Esta sevillana, que reside en el sur de Tenerife desde hace diez años, donde trabaja de manera esporádica en el sector de la hostelería, cuenta que se enteró de esta medida a través del boca a boca, por una amiga que trabajaba en una promotora.

"En aquel momento estaba en paro y tenía que hacer frente a un alquiler de 400 euros al mes, por lo que enseguida recopilé toda la documentación y presente la solicitud, pero sin muchas esperanzas de que me la fueran a conceder", alega.

Así, detalla que, "aunque al principio me advirtieron de que la resolución tardaría un poco, tras cuatro meses de espera, ya estaba convencida de que me la habían denegado, pero de repente un día me avisaron de que había sido una de las afortunadas".

Desde entonces, Carmen disfruta de su nueva casa junto con su pareja y su hija de 15 años. La vivienda, según destaca, "tiene alrededor de 60 metros cuadrados, dos habitaciones, garaje incluido, y vino hasta con los muebles".

Además, resalta que al tratarse de un bajo, se ajusta completamente a sus necesidades, ya que su padre, que es minusválido, pasa parte del año con ella.

Hoy por hoy, con solo agregar unos pequeños detalles en la decoración, pintar las paredes a su gusto, y llenarla de sus historias cotidianas, esta familia ha conseguido dar el salto de calidad para convertir un inmueble en un auténtico hogar.

"Lástima que otras personas que lo están pasando mal no puedan tener la misma suerte que yo, con todos los pisos vacíos que hay", sentencia Carmen Ángel.