El presidente francés, Nicolas Sarkozy, subrayó hoy su compromiso para establecer una tasa internacional a las transacciones financieras, y apostó por constituir "un grupo de países líderes" para arrastrar a la opinión pública internacional, porque no se puede esperar a un consenso a escala global.

"Mi esperanza es una opinión pública internacional" que haga presión sobre los países reacios a establecer ese impuesto y para movilizarla espera que "un grupo de países líderes se dote de una tasa sobre las transacciones financieras", explicó Sarkozy en la apertura de una conferencia de alto nivel sobre el desarrollo organizada bajo la Presidencia francesa del G20.

"El sector financiero no puede seguir su marcha indiferente (...) a los desórdenes a los que ha contribuido de forma activa", advirtió antes de defender la globalización porque "es un progreso", pero "debe estar regulada" y "obedecer a reglas", entre ellas la de la tasa sobre las transacciones financieras.

Recordó que "el sector financiero fue el primer responsable de la crisis de 2008" y por eso "debería ser el primer contribuyente a la refundación de la economía mundial y de su desarrollo futuro".

El presidente francés indicó que tanto su país como Alemania "desean" y "exigen" esa tasa que "no es ideológica", sino "una respuesta pragmática a los desafíos" que se afrontan y "a los compromisos" que no pueden traicionar, así como "un principio de justicia a escala mundial".

Avanzó que en la cumbre del G20 de Cannes los próximos 3 y 4 de noviembre, el presidente de Microsoft, Bill Gates, presentará por encargo suyo una propuesta sobre financiaciones innovadoras para el desarrollo.

"No debemos pensar el desarrollo como un reequilibrio entre dos grupos de países, sino como un compromiso de todos en interés de todos" ya que "aumentar el crecimiento en los países pobres, estimular la demanda doméstica, reducir las desigualdades es dar a los países en desarrollo un dinamismo capaz de tirar del conjunto de la economía mundial", afirmó.

A su juicio, el principal desafío para el desarrollo en el mundo es la alimentaria, sobre todo ahora que la producción agrícola es "insuficiente" y que para responder al incremento de la población mundial y a los 9.000 millones de personas en 2050, debería subir para entonces un 70 %.