El presidente designado del Banco Central Europeo (BCE), el italiano Mario Draghi, instó hoy a la clase política italiana a adoptar con rapidez medidas económicas para relanzar la economía y el crecimiento económico "antes de que esto se vuelva imposible".

En su última intervención pública como gobernador del Banco de Italia, Draghi intervino en un congreso sobre "Italia y la economía internacional" en presencia del jefe del Estado italiano, Giorgio Napolitano.

Draghi, que tomará posesión como presidente del BCE el próximo mes de noviembre, mantuvo que se ha perdido mucho tiempo en la adopción de medidas económicas para evitar la crisis y que en Italia "es necesario actuar con rapidez para llevar al país al puesto que merece en Europa".

"Italia tiene que salvarse a sí misma, sin ayudas externas, pero la política tiene el deber insustituible de encontrar el modo de romper el círculo vicioso de privilegios, de intereses y, antes de que esto se vuelva imposible, adoptar las medidas necesarias para el crecimiento económico", refirió.

El economista italiano agregó que todos los ciudadanos tienen que conocer la situación económica "y convencerse de que la salvación y el relanzamiento de la economía italiana viene solo de los italianos porque una de nuestras tentaciones atávicas es esperar que un ejército de más allá de los Alpes venga a resolver nuestros problemas".

"Sería una trágica ilusión pensar que la intervenciones resolutorias puedan llegar desde fuera", advirtió.

Según Draghi, "salvándonos a nosotros mismos contribuiremos de un modo decisivo a la salvación de Europa".

El presidente "in péctore" del BCE instó a la clase política italiana a estar unida a la hora de adoptar todas las medidas necesarias para un crecimiento económico y ofrecer esperanzas creíbles a las nuevas generaciones.

"Sin jóvenes no se crece", subrayó y recordó que un cuarto de ellos están sin trabajo.

Italia, cuyo endeudamiento se sitúa en torno al 120 % del Producto Interior Bruto (PIB), por encima del 104 % que registraba al comienzo de la crisis económica, ha sufrido la rebaja de su deuda soberana de Aa2 hasta A2 por la agencia de calificación de riesgos Moody''s, y su solvencia financiera es constantemente cuestionada.