Combinar unas vacaciones en familia con el aprendizaje del inglés, una propuesta que comienza a ganar adeptos en los últimos años, puede costar desde 1.780 euros --para dos personas, dos semanas y el alquiler de un pequeño apartamento en Irlanda-- hasta 3.100 euros, para cuatro o cinco personas, dos semanas y cursos de lengua para padres e hijos.

Pese a no suponer aún un 1% del total de los cursos que se imparten en el extranjero, la inmersión lingüística para familias es una de las modalidades que más ha crecido el último verano, con incrementos del 35% con respecto al verano de 2010 en algunas de las empresas que promueven estos viajes.

En este sentido, Mundoidiomas y Angloschola, centros especializados en el envío de familias enteras al extranjero para el aprendizaje del idioma, han explicado a Europa Press que la mayoría de las familias eligen estancias de dos semanas para aprender inglés en Inglaterra e Irlanda, principalmente.

"En concreto, las familias buscan destinos más tranquilos que la capital de Reino Unido, Londres. Por eso, en su mayoría prefieren ir a localidades como Canterbury o Galway", ha apuntado la responsable de Mundodiomas, Celia Castro.

"El perfil de familia suele ser una pareja con dos o tres niños, entre seis y doce años, aunque también hay madres o padres solteros con uno o dos niños y, a veces, también se animan los hijos adolescentes", han explicado responsables de Angloschola.

De hecho, los niños y los adolescentes continúan siendo los principales "aventurados" a la inmersión lingüística, tanto en esta modalidad familiar como en los viajes en solitario, suponiendo un 70% del total. El resto son universitarios, recién titulados y ejecutivos o profesionales de distintas especialidades.

EL 92% ELIGE DESTINOS DE HABLA INGLESA.

Aparte de estos cursos para familias, existe una gran variedad de modalidades que gestionan los promotores de cursos en el extranjero, desde campamentos de verano hasta cursos diseñados para mayores de 50 años, e incluso modalidades que combinan el aprendizaje de un idioma con una actividad propia del país, como por ejemplo ''Francia y enología'', ''Italia y gastronomía'' o ''Reino Unido y fútbol''.

En total, unos 100.000 españoles han viajado ''por libre'' este verano fuera de España para realizar un curso de idiomas, aunque la gran mayoría, hasta un 92%, se ha decantado por un país de habla inglesa, principalmente por Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos, Canadá y Malta.

Uno de estos centros especializados, el King''s College, que ha enviado durante las vacaciones estivales unos 1.000 estudiantes al extranjero, ha confirmado esta tendencia y ha añadido que los destinos preferidos por sus estudiantes suelen ser principalmente los de ciudades Reino Unido, sobre todo Londres, Cambridge, Oxford, Liverpool y Brighton.

"Fuera de Gran Bretaña, los estudiantes se han inclinado por Dublín (Irlanda) y las ciudades norteamericanas de Nueva York y Boston. Los que han participado en cursos de otros idiomas han sido minoritarios, siendo las capitales de París y Berlín las ciudades preferidas para estudiar francés y alemán", ha apuntado la directora del King''s College International, Luisa Coque.

No obstante, según los datos facilitados a Europa Press por la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce), que reúne a 72 empresas que ofrecen cursos de idiomas fuera de España, se ha observado un "ligero repunte" en los destinos de habla alemana y francesa, "provocado seguramente por las ofertas de trabajo provenientes de estos países".

PARA APRENDER UN IDIOMA HAY QUE VIAJAR.

Tanto Aseproce como el propio Ministerio de Educación han reconocido que el aprendizaje de un idioma es "fundamental" para tener más posibilidades de éxito laboral.

De hecho, según datos recogidos por la asociación, el 73,6% de los españoles considera que para aprender bien un idioma "es necesario un periodo de estancia en el país que se habla esa lengua".

Sin embargo, en España las cifras relativas a aprendizaje o perfeccionamiento de idiomas en el extranjero todavía presentan unos niveles bajos. Así, se estima que sólo el 0,3% de la población española sigue estas recomendaciones.

Entre las comunidades autónomas que mejor han seguido este consejo se encuentra sobre todo la Comunidad de Madrid, de la que han procedido 40.000 de estos 100.000 estos estudiantes, casi la mitad, mientras que en torno a 20.000 salieron de Cataluña; 7.000, desde Andalucía y la Comunidad Valenciana y 5.000 del País Vasco.