La Asociación Española de Banca (AEB) mostró ayer su preocupación por la "fragilidad" de la recuperación de España y pronosticó que la situación se agravará en el tercer trimestre por un "debilitamiento de la actividad y un mayor deterioro del mercado laboral." Dadas las circunstancias, avisa de que "difícilmente se alcanzarán las previsiones oficiales de crecimiento", lo que hace necesario que se adopten nuevas medidas de ajuste.

La AEB hace estas consideraciones en su último informe económico financiero, en el que subraya que es "urgente" acelerar la reforma laboral y culminar la reestructuración de las cajas de ahorros, así como aumentar la competencia en los mercados de bienes y servicios.

Un ajuste "creíble"

En su informe, la AEB hace un diagnóstico ensombrecedor de la situación actual, no solo en España, sino también en el resto del mundo. Además, considera que las operaciones de rescate y las medidas adoptadas hasta el momento en Europa no han servido, "lo que pone de relieve la ausencia de instituciones y de instrumentos capaces de hacerle frente", así como "una gestión poco ágil por parte de las autoridades que han ido a remolque de los acontecimientos".

En esta situación, la patronal de la banca española cree que la única solución pasa por adoptar un programa de ajuste "creíble", y que se centralice en la UE la "gobernanza fiscal", aunque ello implique una cesión por parte de los países.

Ceder soberanía

Se trataría de una "cesión de soberanía que, debidamente gestionada, se vería ampliamente recompensada por los beneficios de la Unión", apuntó.

En paralelo, en España la recuperación que se inició a finales de 2009 se encuentra todavía en una situación de clara fragilidad, pues se desarrolla en un "entorno poco propicio para su consolidación".

España está sufriendo también con intensidad el "profundo deterioro de la confianza de los inversores", que ha disparado la prima de riesgo. De poco han servido, dice la AEB, los acuerdos de la cumbre europea de julio, la decisión del BCE de comprar deuda española, o el compromiso de equilibrio presupuestario incluido en la reforma de la Constitución.

A ello se une la difícil situación de los mercados financieros, que dificulta la financiación de las entidades y la fluidez del crédito.