Los principales países emergentes, también conocidos como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), mostraron hoy su "creciente preocupación" por la grave crisis de la deuda soberana en la zona euro, pero evitaron abordar la idea de una ayuda financiera inmediata a esos países avanzados.

Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los cinco países se reunieron hoy en Washington, la víspera de las asambleas anuales del FMI y el Banco Mundial, para alertar sobre el impacto mundial que la crisis europea puede tener, si no se toman ya medidas decididas.

En un comunicado publicado tras las reunión, los países emergentes advirtieron de que el problema de la deuda en los países avanzados y las dudas que rodean a sus planes de ajuste fiscal a medio y largo plazo, "están creando un clima de incertidumbre para el crecimiento mundial".

Por otro lado, "la excesiva liquidez" derivada de las políticas agresivas que han emprendido algunos bancos centrales para estabilizar sus mercados internos "se está desbordando a los mercados emergentes" y provocando una "excesiva volatilidad de los flujos de capital y de los precios de las materias primas".

El "problema inmediato", según los emergentes, es "devolver el crecimiento a los países desarrollados".

"Es fundamental que las economías avanzadas adopten políticas financieras y macroeconómicas responsables, eviten crear excesiva liquidez a nivel global y lleven a cabo reformas estructurales que impulsen el crecimiento, creen empleo y reduzcan los desequilibrios", afirma el comunicado.

Los BRICS recordaron los esfuerzos que ellos están haciendo para sostener el crecimiento.

"La situación actual requiere acciones decididas. Nosotros estamos dando los pasos necesarios para asegurar el crecimiento económico, mantener la estabilidad financiera y contener la inflación", afirmaron en su comunicado.

"También estamos decididos a acelerar las reformas estructurales para mantener un sólido crecimiento económico que haga avanzar el desarrollo y reducir la pobreza en nuestros países, y que beneficie al crecimiento y reequilibrio mundiales", añadieron.

Los BRICS se declararon "abiertos a considerar, si fuera necesario, la posibilidad de prestar apoyo, a través del FMI u otras instituciones financieras internacionales, para hacer frente a los desafíos que se ciernen sobre la estabilidad financiera global, dependiendo de las circunstancias de cada país".

A la pregunta de si el grupo había examinado la idea de una ayuda financiera concreta a la Eurozona, mediante por ejemplo la compra de bonos de los países sometidos a mayor presión, los ministros respondieron con evasivas.

El presidente de turno del grupo, el titular indio de Finanzas, Pranab Mukherjee, se limitó a decir que los BRICs "harán su contribución en el G-20" y contribuirán allí a "construir un consenso" en torno al tema.

Por su parte, el ministro ruso de Finanzas, Alexey Kudrin, dejó claro que los BRICS abordaron hoy el problema europeo "en términos de cooperación", pero "evitamos utilizar palabras como ''ayuda'' o ''asistencia''".

"Estamos discutiendo el asunto en cooperación con los europeos y también entre nosotros", añadió.

Previamente, el ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, pidió a los europeos que sean "rápidos, osados y cooperativos entre ellos", a fin de poner coto a la inestabilidad financiera.

"Todos estamos de acuerdo en que la situación se ha agravado en los últimos meses", dijo.

Si en 2008 el epicentro de la crisis financiera se situó en Estados Unidos, ahora está en el corazón de la Unión Europea, y es allí, argumentó Mantega, donde tienen que tomarse decisiones "sin demora".

De lo contrario, advirtió, existe un peligro real de que la situación se desborde y contagie a las economías emergentes y menos avanzadas, que ya están sufriendo los efectos de la inestabilidad sobre la tasa de inflación y las expectativas de crecimiento.

"Cada día que pase, la solución será más difícil y más cara", alertó Mantega.