El Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró hoy que el comunicado franco-alemán de ayer sobre la crisis de la deuda "no es un paso adelante", sino una ratificación de los compromisos alcanzados en la eurocumbre del 21 de julio.

El viceportavoz del Ejecutivo alemán, Christoph Steegmans, quiso "enfatizar" que la declaración conjunta de Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no implica ningún cambio, modificación o avance en la resolución de la crisis.

En este sentido, apuntó que "solidaridad y condicionalidad" van a seguir ligadas y que el "instrumentario" definido para atajar los problemas financieros de los países periféricos de la eurozona es "el mismo" que el que se definió el 21 de julio.

Asimismo, recalcó que el fondo de rescate europeo (EFSF) va a seguir "como es", como era desde su creación, en 2010, a raíz del primer rescate griego, frente a las especulaciones sobre su empleo para comprar bonos soberanos en el mercado secundario.

Steegmans indicó además que la unión monetaria seguirá sin recurrir a las transferencias automáticas entre países, algo que sólo podría ocurrir si el Banco Central Europeo (BCE) lo aconseja y los parlamentos nacionales de los países miembros lo aprueban.

El viceportavoz del Gobierno federal afirmó asimismo que no comenta las decisiones del BCE, porque es una "institución independiente", al ser interrogado sobre la opinión del Ejecutivo sobre la posible compra de títulos de deuda italianos y españoles por parte de la autoridad monetaria.

El objetivo del comunicado conjunto, añadió Steegmans, era lanzar una "señal" de tranquilidad a los mercados, y respaldar el proceso "de reducción de la deuda pública" de los países de la zona del euro, el problema de fondo de la actual crisis europea.

"En este asunto se ha de pensar a muy largo plazo", agregó Steegmans.

Sarkozy y Merkel abogaron ayer en su nota conjunta por aplicar de forma "rápida y completa" las medidas anunciadas por España e Italia para enderezar su situación financiera y mejorar su competitividad.

Ambos respaldaron "las decisiones tomadas en Italia y España para acelerar la recuperación de las finanzas públicas y mejorar la competitividad" y subrayaron que "la puesta en marcha rápida y completa de las medidas anunciadas es esencial para restaurar la confianza de los mercados".