La advertencia que hizo ayer el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, de que seguirán vigilando la evolución de la inflación, sin hacer concesión alguna a los problemas de la deuda de España e Italia (solo comentó que el programa de recompra de bonos sigue abierto, aunque no se utiliza desde marzo), incidió en la fuerte bajada del conjunto de las bolsas europeas, pues los inversores interpretaron que subirá los tipos a final de año.

Eso sí, en un intento de devolver la confianza a los mercados, Trichet anunció tras la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, una operación de liquidez extraordinaria con vencimiento a 6 meses para prestar a los bancos comerciales "toda las liquidez que necesiten" y acabar con los recelos de los inversores sobre su solvencia, que está castigando con dureza singular a España. Trichet precisó que la institución celebrará la semana próxima una subasta de liquidez a seis meses que permitirá a los bancos y cajas de la eurozona acceder a fondos a un tipo fijo de interés. La subasta será adjudicada el próximo 10 de agosto.

Trichet apeló a la "responsabilidad individual" de los gobiernos para que "hagan efectivos" los acuerdos del Eurogrupo.