El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, avanzó ayer que el Gobierno está estudiando en la mesa de empleo con patronal y sindicatos introducir mayor flexibilidad en los contratos a tiempo parcial durante un "periodo transitorio de entre dos y tres años" para hacer más atractiva esta modalidad para los sindicatos, con la posibilidad de que esta reforma se consolide pasados esos años.

Según argumentó, el plan de choque para fomentar el uso de este contrato a través de bonificaciones de hasta el 100% de las cotizaciones aprobado en febrero ha hecho repuntar el empleo a tiempo parcial en un 9% interanual, mientras que la contratación a tiempo completo no despega, lo que ha llevado al Ejecutivo central a cargar las tintas sobre esta modalidad y realizar "un gran intercambio" al menos de forma transitoria.

Ésta es una de las medidas que el Gobierno pretende aprobar con el acuerdo de los agentes sociales en el próximo 19 de agosto o en el primer Consejo de Ministros tras las vacaciones de verano, según Valeriano Gómez, quien, en cualquier caso, consideró que el tema debe quedar zanjado "no más allá del final de agosto" y avisó de que de no ser así, el Gobierno legislará.

Así pues, sobre la mesa de negociación está la posibilidad de que los empresarios dispongan de "entorno a un 10%" de la jornada de trabajo de los empleados a tiempo parcial para distribuirla de forma irregular según sus necesidades, siempre con un preaviso de varios días.