La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga Canarias) ha cifrado hasta en un 70 por ciento la subida que han experimentado los precios de los cereales desde marzo de 2010 hasta el mismo mes de este año, lo que supone "un nuevo varapalo" para el sector ganadero local y una desestabilización de la actividad que puede amenazar la viabilidad de las explotaciones ganaderas como ya ocurrió en el año 2007, cuando los niveles se situaron en más de un 50 por ciento de lo habitual.

En una nota de prensa, Asaga Canarias ha señalado que esta materia prima (millo, cebada, avena, soja, trigo, etcétera) es la base principal con la que se elaboran los piensos para alimentar al ganado vacuno, porcino, ovino, caprino, avícola y cunícola en las islas. Según la Asociación, Canarias se ve obligada a importar estos cereales tanto para el consumo humano como el destinado al consumo animal debido a su gran demanda y a la escasa producción existente en las islas que apenas supera las 1.250 hectáreas de cultivo.

Desde hace unos años, buena parte de la superficie de cultivo de cereales del mundo se ha destinado a la producción de biodiesel, limitando su uso para la alimentación de la población y del ganado, lo que se ha traducido en una escalada de cifras al alza. Además, en esta ocasión, se han sumado otros factores incidentes como la especulación financiera de los mercados motivada por una reducción de la oferta de los países productores: Francia, Estados Unidos, Alemania y Brasil; el elevado consumo de países emergentes como China e India; los graves incendios de Rusia y Ucrania, durante el pasado verano, en los que se perdieron la práctica totalidad de las cosechas y la subida del precio del petróleo que ha encarecido de manera significativa los transportes de las mercancías. También, se alerta de que las recientes inundaciones acaecidas en Australia perjudicarán la producción cerealística del próximo año.

Para el sector ganadero, el gasto en alimentación varía dependiendo de si se trata de animales monogástricos como el ganado porcino y avícola, que únicamente consumen cereales, o rumiantes como el ganado vacuno, cuya dieta está formada por piensos y forrajes, lo que supone para el productor más de un 80 por ciento en los costes de alimentación. La gravedad de la situación viene dada por la imposibilidad de repercutir o reflejar estos aumentos de costos en el precio final de venta de los productos ganaderos locales (carne, leche, quesos, huevos, etcétera) para que puedan ser competitivos frente a las importaciones similares procedentes de otros orígenes. De esta forma, los márgenes de rentabilidad que obtienen los ganaderos son tan reducidos que comprometen la viabilidad de sus explotaciones.

Según Asaga, los productos ganaderos procedentes de terceros países entran en los mercados insulares a precios muchos más bajos pero no se les obliga al cumplimiento de las mismas normativas de bienestar animal, medio ambiente o alimentación animal exigidas por la Unión Europea a cualquier productor local, además de que los trabajadores de estos países son empleados sin costes sociales para los empresarios, al contrario de lo que ocurre aquí.

IMPORTACIÓN Y APROVISIONAMIENTO

La importación y aprovisionamiento de cereales en Canarias se regula a través del Régimen Especial de Abastecimiento (REA). Para este año, está prevista la entrada de 537.268 toneladas procedente de la Unión Europea y de terceros países, lo que demuestra la dependencia de este archipiélago con respecto al exterior sobre estas materias de primera necesidad para la población y alimentación del ganado. Una supeditación que Asaga Canarias ha alertado en varias ocasiones en la que se propone el aumento y recuperación de zonas productoras del territorio canario.

Para alcanzar ese crecimiento, reducir la dependencia del exterior y abaratar el costo de los insumos, desde Asaga Canarias se propone el impulso de planes específicos eficientes por zonas en las islas para el fomento de cultivos forrajeros y la producción de cereales, el desarrollo de infraestructuras hidráulicas en esas zonas con aguas regeneradas que aporten cantidad y calidad a precios razonables; medidas encaminadas a promover el aprovechamiento de los residuos agrícolas locales para convertirlos en recursos alimentarios para el ganado, el tratamiento y reutilización de purines y residuos ganaderos como fertilizantes, además de seguir impulsando programas estratégicos que contribuyan, de alguna manera, a aminorar la compra de materia prima exterior.

Estructuralmente, es necesario continuar con la profesionalización y unión del sector, tanto para compras de insumos como para crear posibles alianzas para la comercialización de sus productos, además de seguir trabajando en asuntos claves como la definitiva identificación y diferenciación de las carnes locales de calidad de todas las especies que se sacrifican en las islas. Una apuesta firme por estas iniciativas se traducirá en una mayor rentabilidad para los ganaderos, el mantenimiento de las producciones locales y, por tanto, una mayor garantía en los suministros para la población canaria.

Por otro lado, dentro de la reforma de la Política Agraria Común (PAC), es necesario reforzar el papel negociador del sector ganadero en la cadena agroalimentaria, concretamente en la producción; introducir mecanismos de mercado eficientes y flexibles que permitan una mayor transparencia en los precios, persigan las prácticas abusivas que en la distribución se puedan realizar y eviten la especulación; poner en marcha instrumentos de mercado que den mayor estabilidad y garanticen el suministro de cereales de forma continuada para la población y la alimentación del ganado; proteger más a los ganaderos comunitarios en las negociaciones comerciales como las de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), mantener las fichas financieras específicas para compensar las aportaciones sociales, ambientales, territoriales y aumentar el autoabastecimiento de todos estos importantes productos de origen ganadero.